𝗟𝗫𝗫𝗫𝗩

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Ni Jake ni su madre se dieron cuenta en momento exacto, pero terminaron hablando en señas por las lágrimas.

En un principio, Jake habia entrado en pánico, porque no había hablado desde que despertó del viaje, y esa sensación de ansiedad por perder de nuevo su voz lo había dejado inmóvil en el asiento.

Sunghoon se había dado cuenta automáticamente de aquello, lo había abrazado con fuerza, dejando caricias en su espalda y sus cabellos, calmandolo con voz suave.

─ Sabes de dónde sale tu voz, Jakey, lo recuerdas. ─ sintió al chico asentir, con el rostro escondido en su hombro. ─ Ya no eres mudo, puedes hablar sabes cómo hacerlo, confía en tu voz.

Jake tardó un momento en hacer un sonido afirmativo, haciendo sonreír a ambos.

Sunghoon besó sus labios una última vez antes de bajar del auto, saliendo hacia el frente de la casa, donde Jay ya estaba tocando la puerta.

Del resto, casi no entendieron nada de las palabras de Jake, y tampoco de la señora Shim, entre las lágrimas, la emoción y esa adorablemente torpe y añinada forma de hablar del menor, las palabras dejaban de ser.

Así que ahi estaban, madre e hijo hablando con señas mientras lloraban con una sonrisa en sus rostros.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘, 𝗠𝗨𝗧𝗘 » 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗷𝗮𝗸𝗲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora