𝗟𝗫𝗫𝗫𝗜𝗫

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Jake fue hacia el baño, pegó la oreja a la puerta, al no escuchar nada, golpeó dos veces.

─ Ya... Ya salgo. ─ habló Jay, su voz sonaba como si estuviera congestionado, aunque era sólo por el llanto.

Jake mordió su labio con fuerza, sintiéndose mal por su director.

Recordó cómo lo había ayudado semanas atrás, y quería hacer lo mismo por él, hacerlo sentir tranquilo como había hecho con él.

─ ¿Jay? ─ habló

El mayor tardó un momento en entender su nombre en el aniñado acento del chico, además de que hablaba bajo, y con la puerta entre medio apenas había escuchado.

Jay abrió, notando la mirada preocupada del chico, y cómo abrió un poco de más sus ojitos al notar sus ojos aún brillantes y las mejillas enrrogecidos por llorar.

─ Jakey, lo siento, ¿Querías pasar?

El chico negó, sentía un nudo en la garganta, así que aclaró su voz, mientras lo señalaba.

─ ¿Bien?

Jay sintió ternura por la preocupación del chico.

Rió un poco, aunque sono bastante forzada.

Revolvió los cabellos del chico, para luego rodear sus hombros, yendo hacia la escalera para volver a la sala.

─ No voy a mentirte, Jakey, no me siento bien, pero estamos acá para celebrarte, olvidate de esto, asi que no te sientas mal por mí y piensa en sentirte bien por ti.

Jake sintió que el mayor estaba rechazando su ayuda, pero decidió no decir nada, y le hizo caso.

Durante la cena, el señor Shim había traído cervezas, y los únicos que se negaron fueron Heeseung y Jake.

Al final, cuando se fueron, Jake y Sunghoon fueron hasta el cuarto que compartían, acurrucandose junto al otro en la cama que también compartían, el sueño no tardó en ganarles.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘, 𝗠𝗨𝗧𝗘 » 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗷𝗮𝗸𝗲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora