𝗟𝗫𝗫𝗩

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A Jake le habían dado un pase para que, si quería, pudiera quedarse todo el día en la cabaña.

Como Sunghoon era uno de los cuidadores, también podía quedarse con él, usando el mismo pase.

Pasaron la noche abrazados al otro, durmiendo cómodamente, hasta que la luz entraba en demasía por las cortinas de las ventanas, lo que hizo a Jake despertarse.

Frotando sus ojitos, vió a Sun, quien disimulaba no tener el celular con la cámara apuntando en su dirección.

Rodó los ojos, seguía irritable por el dolor, aunque era muchisimo menos que ayer.

Se levantó un poco y eso fue suficiente para que Sunghoon se despertara, vió a Jake, quien hizo unas señas y señaló a Sunoo.

─ Cobramos por las fotos-habló, su voz salió ronca.

Sunoo rió.

─ ¿Tú, cobrar? Sí, seguro. Regalada.

─ Tu madre es la regalada. ─ contraatacó. ─ Y tú eres adoptado.

Sunoo fingió comenzar a llorar exageradamente.

─ Ya, suficiente. ─ Sun detuvo su actuación. ─ ¿Vienen a desayunar?

Sunghoon le dedicó una mirada a Jake, quien se encogió de hombros.

─ Los vemos en un rato, vayan si quieren. ─ contestó el rubio.

Ayudando a Heeseung bajar la rampa, se fueron, cerrando la puerta detrás de ellos.

─ No tengo hambre. ─ habló Sunghoon, recostandose de nuevo en la cama.

Jake negó, dando a entender que él tampoco tenía ganas de un desayuno.

─ ¿Nos quedamos aquí todo el día? ─ preguntó Sunghoon, con una sonrisa ladina.

Jake sonrió, asintió con ganas.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗠𝗘, 𝗠𝗨𝗧𝗘 » 𝘀𝘂𝗻𝗴𝗷𝗮𝗸𝗲 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora