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Tiempo atrás...

Cuando el Príncipe YoonGi nació, fue, en palabras de su madre, la Reina; una bonita flor blanca, de esas pequeñas que florecían en el jardín después de una fuerte lluvia. Su rostro era tan delicado, con una suave piel pálida de porcelana, pequeños ojos rasgados y rechonchas mejillas que todos querían tocar solo para comprobar si eran tan suaves como se veían.

Era un bebé muy bonito, por lo que en los primeros meses de vida sus padres se volvieron estrictos con quienes podían ver y tocar al bebé. Después de todo era su segundo hijo, su segundo heredero, tendría todas y cada una de las comodidades que el Reino le pueda dar.

YoonGi era también un pequeño mimado, sensible a los aromas de desconocidos y lloraba si no tenía a sus padres a la vista, cuando esto era asi, no había persona en todo el palacio que detuviera el llanto del bebé.

Excepto SeokJin.

SeokJin tenía a penas dos años cuando le presentaron a su hermano menor envuelto en cobijas blancas y dormido pacíficamente en los brazos de su padre, en la tierna mente de un niño pensó que YoonGi era un bebé muy pequeño, frágil y que se rompería. Cuando le preguntó a su madre cuando podría jugar con YoonGi, está le había sonreído diciendo que su hermano estaba muy pequeño para jugar todavía, que él debía como buen hermano mayor cuidarlo mucho.

Así que el pequeño SeokJin se había tomado la tarea muy en serio.

A menudo se acercaba, estirándose en sus cortas piernas a la cuna para poder ver a su madre cambiar de ropa a su hermano, era muy inteligente a su corta edad por lo que aprendía rápidamente los cuidados de su hermano con solo observar y preguntar.

La primera vez que lo cargó bajo la supervisión de su padre, YoonGi estaba despierto y ambos niños se habían observado fijamente por algunos segundos, hasta que la adorable risa del bebé se escuchó en el salón.

"¿Ves eso, Seokie? Le agradas, está feliz de verte" había dicho el Rey en ese entonces, sonriendo al ver a sus hijos reconocerse finalmente.

La sonrisa de Seokjin fue tan grande que sus pequeños dientecitos eran visibles, su emoción continuó durante días, siempre se tomaba unos minutos para cargar al bebé, hablarle y jugar por lo que YoonGi rápidamente se acostumbró a su presencia.

Cada vez que lloraba y ninguno de sus padres estaba presente, era SeokJin quien sostenia a YoonGi con cuidado, lo mecía suavemente y lo hacia reír hasta que finalmente el bebé se quedaba dormido.

Eso fue el inicio de una amorosa relación entre hermanos.

SeokJin ya no caminaba solo por los pasillos porque siempre tenia a una pequeña sombra siguiéndolo por detrás, si había algo que tenía que hacer YoonGi estaba fielmente a su lado, sosteniendo su mano o su ropa sin despegarse ni un segundo. El palacio se llenaba de risitas adorables cuando los sirvientes veían a los adorables niños ir de un lado a otro, jugando, viviendo felizmente.

A SeokJin le gustaba ser un hermano mayor.

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Conforme YoonGi crecía se esperó que se presentara como un Omega, tal vez un Beta, pero nunca un Alfa.

Tal vez se debió a la forma tan tímida de ser del niño, siempre detrás de su hermano, sensible a su entorno y con una apariencia delicada que lo asemejaba a un bonito muñeco. Todo apuntaba a que presentaria como un Omega.

Grande fue la sorpresa de todos cuando un YoonGi de tiernos cinco años presentó como un Alfa sano.

Esto no sería un gran inconveniente, pero en la corte real, en el consejo, se especulaba lo difícil que sería la crianza de dos herederos alfas, la posible rivalidad entre ambos porque ante todo Min Seokjin era el heredero al trono, la prioridad de la Corona y Min YoonGi solo era el segundo príncipe. Se pensó que la envidia y los celos caerían sobre el hijo menor, por lo que se había deseado con todas las fuerzas que por el bien de la estabilidad de la familia real, YoonGi fuese un omega o un beta.

El Omega De La Corona | Yoonkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora