Mientras los días pacíficos continuaban, el joven príncipe no podía quitarse la idea de que el Magistrado Kim no le agradaba.
Su estadía en el Reino parecía volverse infinita, ¿no estaban ya los acuerdos de paz resueltos favorablemente? ¿Por qué el hombrecito beta continuaba rondando por el palacio?
Observarlo atentamente cada día que podía y en sus ratos libres le hizo confirmar que el beta estaba, de hecho, persiguiendo activamente a Seokjin. Y aunque le costara admitirlo, su hermano no parecía indiferente ante estas acciones, si las risas entre ellos y la amena amistad no fueran pruebas suficientes.
Era probablemente el único que se preocupaba de la cercanía de esos dos, y de las intenciones de ese beta extranjero.
Así que YoonGi decidió tomar al toro por los cuernos.
Ocurrió en un día soleado, en el inmenso patio del palacio donde el apuesto Alfa heredero praticaba su manejo de la espada y un Beta lo miraba de pie en un costado alejado, atentamente, sus ojos fijos en cada elegante movimiento y en cada expresión del bello rostro de Seokjin, como si no hubiera nada más digno que mirar. Parecía hipnotizado, embriagado, algo que era perfectamente común porque Min SeokJin tenia ese efecto en todo aquel que lo miraba.
Pero esto era diferente, se sentía profundo.
Fue entonces que YoonGi decidió perturbar esa paz acercándose por detrás del beta en absoluto silencio, su rostro inexpresivo mientras se paraba a su lado y observaba a Seokjin a lo lejos con fingida indiferencia, a penas le dio dos vistazos a su hermano. No podía desconcentrarse.
— Hyung es hermoso, ¿no? — dijo sonando demasiado orgulloso, no tenía intenciones de ocultar su propia admiración por el alfa mayor.
Su llegada repentina hizo que el beta brincara en su sitio, observando con ojos sorprendidos al alfa a su lado, sudor frío resbalando por su espalda y erizandolo por completo. No había sentido su presencia en ningún momento, ni si quiera escuchó sus pasos, demasiado absorto en el espectáculo frente a él que se descuidó totalmente del otro alfa.
Si esto fuera una cacería, no dudaba de que ya estaría en el horno.
El beta carraspeó, recomponiendose en tiempo récord. — Su Alteza, no esperaba verlo aquí.
Claramente no me esperabas, pensó YoonGi con irritación, la voz de sus pensamientos sonando como un gruñido, pero su expresión en cambió dibujó una sonrisa suave de esas que le habían enseñado a usar para ser educado.
— Vengo a ver a Hyung entrenar de vez en cuando.
El Magistrado parpadeó confundido, todas las veces que había venido a observar al heredero no vio al otro hermano Min por ningún lado.
Prefirió callar.
YoonGi no lo iba a dejar tranquilo, retomó la pregunta con la misma calma.
— ¿Crees que Hyung es muy lindo?El beta tragó, su manzana de adán balanceándose nerviosamente. — El Príncipe goza de gran belleza.
— Eso dicen todos, ¿Qué piensas tú? — YoonGi presionó, por primera vez en todo ese tiempo fijó su mirada en el beta nervioso a su lado, no había aroma que lo delatara por lo que alfa solo podía confiar en que su expresión corporal o facial le fallaran.
Viendo que su intento de evitar la pregunta falló, el Magistrado se vio acorralado, su mirada pasaba del alfa a su lado hacia el otro que se encontraba más lejos, buscando ayuda de alguna forma.
— ¿No me dirás? ¿No crees que sea lindo?
— Su Alteza es hermoso, él más bello, por supuesto, no me atrevería a dudar de ello. — habló el beta apresuradamente, aunque continuaba nervioso se las arregló para no tartamudear con sus palabras.
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El Omega De La Corona | Yoonkook.
FanfictionEn la Monarquía del imperio del Norte había una tradición inusual entre sus libros de leyes, no importa qué alfa esté en la sucesión al trono, ya sea hombre o mujer, un omega 'real' debía a estar a su lado para mantener la corona. Y JungKook se ve...