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Agobiado era poco decir para el remolino de emociones que realmente sentía dentro suyo, no podía concentrarse adecuadamente en la lectura del pergamino donde constaba todos los preparativos para el próximo festival de la cosecha, festividad que se celebraba cada año como un agradecimiento a la madre luna por otra época llena de alimentos y prosperidad; como su Majestad no se encontraba en la nación, naturalmente le tocaba a YoonGi hacerse cargo de todo en su ausencia.

Pero por más que lo intentó la sensación amarga asentada en su estómago no desaparecía.

La mirada poco discreta de JiMin sobre él hacia todo más difícil.

Suspiró, rindiéndose en leer el papel dejándolo al lado un momento, levantando su vista para enfrentar a su sirviente. — ¿Puedes ya dejar de mirarme así?

— No puedo, estoy tratando de entender qué es lo que pasa por tu cabeza. — el tono del omega no es molesto pero tiene cierto tono irritado, observa a YoonGi antes de suspirar y frotar su sien, un posible síntoma del estrés. — De repente muestras un interés anormal en el joven JungKook y llegas al punto de llevártelo a quién sabe dónde por horas, no lo entiendo.

Recordar la última vez que vio a JungKook lo pone de malas, su alfa había cortado contacto con él desde esa noche, iniciando una rabieta inentendible por haberse negado a concluir con ese acercamiento peligroso entre ambos, estuvo a punto de besarlo y de cometer un gran error.

Parecía que su tonto animal no comprendía el hecho de que él ya tenía una pareja, en cambio lo empujaba más y más cerca en situaciones que no podía controlar por completo.

Debido a ello había se había alejado del omega.

— Solo estoy cumpliendo mi deber al crear una buena relación con mi esposo, para eso se necesita pasar tiempo juntos. — dice, su mirada recae en su escritorio para evitar el ceño fruncido de JiMin.

Su amigo era un lindo omega de aspecto encantador, pero su tenacidad a la hora de mostrar su disgusto siempre lograba desubicarlo.

— ¿De verdad? — el más bajo pregunta, no cree una palabra. — ¿Regalarle el jardín entero también forma parte de tu deber?

— Le gustan las flores, quiero que tenga algo que sienta suyo aquí y se adapte mejor. — murmura e inmediatamente recuerda la sonrisa del omega ese día, el como parecía tan emocionado.

Incluso si era excesivo, YoonGi no se arrepentía, el jardín estaba mucho mejor cuidado que antes en manos del más joven.

Sin darse cuenta, una sonrisa amenaza con formarse en sus labios debido al recuerdo por lo que rápidamente se deshace de ella fingiendo toser e ignorando la mirada aún más intrigada que le da JiMin.

El omega resopla, dándole el beneficio de la duda a su amigo y por supuesto, finge aceptar la pobre excusa. — De todos modos, ¿Cómo terminaron tan tensos esa noche?

Ante la mención los hombros del alfa se ponen rígidos y pronto suelta un gruñido frustrado amortiguado por las manos en su rostro, tal vez de lo que más se arrepentía era de la forma en la que actuó.

— Casi nos besamos, JiMin. — admite arrastrando las palabras con pesar, la amargura de lo sucedido burbujeando en su estómago.

Escucha a su sirviente jadear notablemente sorprendido, se apresura a aclarar. — ¡No sucedió! Lo evité a tiempo.

— ¿A punto de besarlo? ¿No habías dicho que su relación era meramente política?

Los dedos de YoonGi sujetan algunos mechones de su cabello por unos segundos antes de soltarlos con un profundo suspiro. — Es meramente política, lo juro, solo... no sé qué me pasó. — frunce su ceño levemente.
— No entiendo muchos de mis comportamientos cerca de él.

El Omega De La Corona | Yoonkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora