Capítulo 1: Hogar dulce hogar o algo así...

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Kaori miro a su alrededor, sabía que se encontraba cerca de la aldea que era su hogar o algo así, un gran suspiro salió por su boca justo al momento de pensar en su madre

"Tanto tiempo me mando en una misión para luego llamarme en la mitad", pensó para sí misma mientras pateaba una pequeña piedra.

Continuo caminando sin prisas, ya que no sentía la necesidad de poner un pie en la aldea, el solo pensar en su madre la hacía estremecerse. No que no la amara, al final de cuentas era su madre, un poco especial pero su madre.

Pensó en los meses en la misión, seis para ser exactos y luego en la misión anterior a esta, otros seis meses y justo en ese momento la realidad cayo sobre sus hombros, dos años sin ver a su madre y aún así se sentía desanimada de encontrarse con la pelinegra.

"¿Seré tan mala hija o ella solamente es fastidiosa?" pensó para luego sacudir su cabeza en forma de negación, de alguna manera debería emocionarse ya llevaba dos años fuera de su hogar, el volver la debería animar.

"¿Por qué me quiere de regreso, si ella siempre busca de mandarme a alguna misión lejos? Bueno, al menos no soy mala hija, la mala madre es ella por apartarme cada vez que tiene oportunidad".

Las horas se volvieron minutos y los minutos segundos, cuando quiso ver ya se encontraba con un pie dentro de Konoha y a lo lejos podía ver a la Kunoichi de su madre, saludándola animada mientras corría en su dirección. Kaori sonrió de costado ante tal escena, al parecer su madre si se emocionaba en verla, tal vez volver no era tan malo después de todo.

-Kaori, hija.- Habló su madre llegando a su lado y abriendo sus brazos para recibir a su hija en un gran abrazo, podría ser que Kaori no quisiera volver pero su madre la había extrañado con cada parte de su ser, al fin y al cabo dos años sin ver a su hija la habían ablandado.

Kaori simplemente se abrazo en la pelinegra dejando que su olor la inundara, cerrando sus ojos y atrayéndola mas hacia su cuerpo, al parecer si la había extrañado y mas de lo que ella pensaba, si bien seguía molesta con su madre por dejarla en misiones de Rango A durante dos años completos, claro la niña era un prodigio en el arte ninja, se había graduado a los 9 años de la academia y en un año ya había dado su primer examen Chunin, el gran orgulloso de la familia, pero eso no quitaba que todas las noches antes de dormir no pensara en la desquiciada de su madre y que daría todo por estar en su casa con ella.

-Madre.- respondió cortante al momento de desarmar el abrazo, haciéndole una pequeña reverencia, la pelinegra solo negó con la cabeza mientras reía bajito.

-Debo decirle al Hokage que deje de mandarte con tu sensei, es demasiado estricto, hasta para ti, gatito.- Kaori sonrió hacía lo que decía su madre y donde pronunciaba "gatito", ese apodo era algo entre ellas dos únicamente, y la única persona permitida en llamarla así era esa pelinegra

- Vamos a casa, te prepare un festín de comida, dos años sin comer la comida de tu madre y estas mas delgada.- su madre la rodeo por los hombros, no sin antes retirar su mochila de los hombros para llevarla, acerco a su hija a ella y así ambas comenzaron a caminar por la pequeña aldea.

Kaori iba atenta a su alrededor, todo estaba cambiado, como si en dos años la pequeña aldea se hubiera reformado por completo, nada era como ella recordaba, algunas cosas si, pero las personas habían cambiado su actitud, estaban mas alegres y solidarios, nunca espero estar viva para presenciar aquel momento.

Ambas seguían caminando abrazadas, Kaori no hablaba se dedicaba a observar su alrededor e ignorar completamente lo que su madre venia parloteando en su oído, poso su vista al frente y vio algo inusual que le llamo la atención, de repente una pequeña bolas de pelos blancos corría en su dirección se lo notaba mojado y con jabón aun en su pelaje, ella frunció el ceño
"¿De donde se habrá escapado el pobrecito?"
Continuo mirándolo hasta que doblo en sentido al callejón, perdiéndolo así de vista.

-Akamaru!.- ese grito hizo a la joven volver a mirar hacia el frente, donde se encontró con un joven todo mojado, cabello café despeinado y unas marcas rojas en su cara, corriendo en dirección donde el pequeño, que ahora resultaba llamarse Akamaru, se había escapado.

El chico paso junto a ella sin inmutarse y pareciendo que oliera por donde estaría el perro, Kaori negó ante tal escena y continuo su viaje hasta su casa.

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- Lo sabía! Sabía que no me habías mandado llamar porque me extrañaras o algo por el estilo.- le grito a Kaori a su madre.- La gran Anko Mitarashi no puede ser una madre común y corriente, tenia que criar a una pequeña con entrenamiento especial de Jounin para que así ella hiciera sus misiones al crecer!

-Sabes que no es así, solo busque lo mejor para ti y ese entrenamiento lo era.- le grito la pelinegra respondiéndole.

-Pregúntame como me fue en las misiones que me mandaste, pregúntame si me siento feliz de volver, pregúntame como me siento al menos.- sus ojos se llenaron de lagrimas.- Antes de demandarme otra estúpida misión!
¿Nunca me quieres en casa o cual es tu problema? Acabo de volver luego de dos años afuera y lo único que me dices es que me quieres mandar a otra misión.

Kaori al decir esas palabras bajo su cabeza ignorando por completo a su madre, nuevamente lo había vuelto a hacer, la gran Anko había olvidado que su hija también tiene sentimientos y que ella si la había extrañado, así como también extrañaba la corta infancia que tuvo sin estar entrenando como si fuera un Jounin, era una shinobi excepcional, todo el mundo le recalcaba lo mismo, no cualquiera era un Chunin a la edad de 10 años, pero aún así el tener una madre como Anko no facilitaba las cosas, la presión que sentía cada día por superar a su madre era demasiada.

Anko suspiro resignada mirando a su única hija y dándose cuenta cuanta verdad había en sus palabras, se acerco lentamente y la envolvió en sus brazos, depositando un pequeño beso en su frente y finalmente mirándola a los ojos, esa niña era su mas grande orgullo.

-Haremos un trato.- Kaori la miro fijo a los ojos y asintió.- Prometo no darte misiones por un año, es mas como si fuera un pequeño retiro.- los ojos de la niña brillaron ante esa propuesta.- Pero, tendrás que ayudarme con los exámenes Chunin de este año.

Kaori rodo los ojos y bufo, bueno los exámenes Chunin era mejor que pasar otro año perdida en el bosque.

-¿Y que tendría que hacer específicamente?.- indago mirando a su madre quien le mostro una pequeña sonrisa sarcástica.

-Ser una mini censora en la etapa 2 junto a tu madre.- le respondió Anko con mucha emoción, mientras que Kaori volvió a dar un suspiro pesando.

"Bueno, que tan malo puede ser, no es como si me dieran mucho problemas unos adolescentes"


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Hola, como están? Aquí les dejo el primer capitulo de mi pequeña nueva aventura como escritora, si es que me puedo llamar así.

Pensé por mucho tiempo si saltar a este proyecto o no, hasta que me anime y tenedme aquí!

Espero que les haya gustado, todo mi amor se encuentra en ese pequeño texto.

Besitos

Ninken [Kiba Inuzuka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora