Unos rayos de luz entraron por la pequeña habitación de la kunoichi, los cuales ella ni se percató.
Hacía ya unas cuantas horas que se encontraba despierta mirando el techo ansiosa por el comienzo de los exámenes.
Nunca pensó sentir esa ansiedad, desde que ella misma había participado hace ya tres años.
-Levántate que tenemos trabajo hoy.- los golpes en su puerta y la voz de su madre la sacaron de su pequeño transe.
Se levantó de un salto y en menos de lo que esperaba ya estaba vestida pronta para partir.
-Buen día, Anko.- saludó entrando a la cocina dándole una pequeña mirada al desayuno frente a ella.
-¿Que hablamos de llamarme por mi nombre?.- refunfuñó molesta la susodicha mientras depositaba un beso en el cabello de la chica.- Come, que estos días serán intensos.- la chica asintió devorando la comida, ansiosa por salir de una vez de su casa, era su primera vez como censor.
¿Como no podría estar ansiosa?
¿La respetarían o tendrían la misma reacción de Naruto al enterarse de edad?.
Al terminar su desayuno se apresuró a agarrar su pequeña planilla negra con la información de participantes, no sin antes volver a mirarlos por última vez y ver al chico Inuzuka en la foto, suspiró y salió del apartamento junto a su madre a paso apresurado.
Las horas se pasaban mientras que ella se encontraba en la academia esperando su momento de aparecer o no, ya que tenía otro plan bajo la manga.
Salió del edificio y salto al techo del edificio contiguo junto a su madre, al ver que la misma había saltado entrando por la ventana causando un gran estruendo se avergonzó de la madre exagerada que le había tocado, suspiró meditando si hacer la misma entrada que su estruendosa madre o no.
Escucho la voz de Ibiki molesto por la entrada de Anko por lo cual decidió mantenerse en su lugar mirando atentamente a su madre en su papel de censor.
-¿Y Kaori?.- preguntó Anko al no encontrar a su hija por ningún lado del salón, negó ante la actitud y volvió a dirigir su mirada hacia los participantes explicándoles lo que deberían hacer a partir de ese momento, no sin antes molestar a Ibiki con que se había puesto blando con los mocosos de este año.
Una leve brisa pasó junto a Kaori haciendo que sus cabellos se movieran pero sin distraerla por completo, aquella misma brisa había entrado por la ventana atrayendo la atención de Kiba, quien se encontraba en unas filas atrás.
Esa brisa no solo traía un poco del frescor del verano, si no que también el aroma a vainilla que venía sintiendo desde hace un par de meses, rápidamente buscó de dónde podría venir.
¿Acaso era la chica del lago?
¿De ser así como no lo había visto entre los participantes?
Siguió buscándola sin tener alguna pista de que la chica estuviera allí, rápidamente se giró en dirección a Shino, su compañero de equipo.
-Dime que no estoy loco y que también sientes un aroma a vainilla.- preguntó poniendo sus manos en su cara, creía haberse vuelto loco en esos meses.
-Si.- respondieron tras de el, emocionado se encontró a Shikamaru.
-¿En serio?.- preguntó con cierto tono de emoción en su voz, no se había vuelto loco de después de todo.
-Claro que no idiota, ¿Las pulgas ya afectaron tu cerebro?.- ante esta respuesta Kiba estaba pronto para darle un buen golpe.- Que fastidio.- exclamo Shikamaru con pesadez.
-Lamentó Kiba, pero no hay tal aroma.- exclamo Shino por primera vez mirando la decepción de su compañero, quien volvió su vista al frente para seguir prestando y atención a su censor.
Aún no se rendía, descubriría de dónde proviene ese aroma aunque le tomara toda la vida.
Finalmente la explicación había acabado haciendo que todos se retiraran menos los censores, en ese momento Kaori de un salto entró a la habitación.
-Hasta que te dignas en aparecer.- gruñó su madre al momento de sentir a su hija entrar al salón de clases.
-Ibiki-san.- Koari saludo al moreno para luego voltear a ver su madre.- ¿En serio pensaste que iba a entrar luego de tu ridícula entrada?.- rodó a los ojos mirando a su madre.
-No fue ridícula.- se excusó cruzándose de brazos.
-Lo lamento Anko, pero realmente que lo fue.- defendió Ibiki, Kaori simplemente abrió los ojos hacia su madre con un ademán que decía ¿Viste que si lo fue?, ella solo suspiró.
-Tal vez no fue como la planeé.- se rascó su nuca.- Y sobre ti, mañana a las 8 tenemos que estar en el punto de encuentro, espero que al menos te dignes en mostrar tu cara.
-Siempre tan dramática.- la chica rodó los ojos y le sonrió a su madre en forma de afirmación para darse vuelta y de esta vez si salir por la puerta con la planilla negra aún en sus manos.
Afuera se encontraban todos los equipos con sus respectivos sensei, Kaori sonrió reconociendo algunos rostros gracias a las fotos y a lo lejos vio a su nuevo amigo Naruto quien hablaba con una pelirosa emocionado, ella simplemente negó y siguió su camino.
Sin darse cuenta que había pasado junto al chico Inuzuka quien paró abruptamente su charla animada al sentir nuevamente aquel aroma en el aire, rápidamente se giró buscando una vez más de dónde provenía hasta que vio a la pelinegra del otro día y una sonrisa ladeada apareció en su rostro.
-Akamaru, haz lo tuyo.- le dijo al pequeño perro sobre su cabeza, el cual en un movimiento ágil ya se encontraba en el suelo y corría tras la chica intentando llamar su atención.
Kaori iba sumergida mirando la planilla, intentando reconocer a los participantes de este año a través de sus fotos, paro de golpe al ver un pequeño perro en su frente, sonrió ampliamente al reconocerlo "Akamaru", sin pensarlo dos veces se agachó a saludar al pequeño amiguito.
-Hola lindo.- dijo con voz tierna mientras acariciaba la cabeza del perro blanco el cual únicamente movía su cola emocionado.- No sabía que eras un participante.
-Akamaru, ¿Donde estás?.- ese grito hizo a la chica darse vuelta agarrando el pequeño en brazos, viendo así al chico castaño tras de ella.
-¿Es tuyo?.- preguntó Kaori, claramente sabiendo la respuesta.
-Si.- habló el chico rascándose la nunca apenado, el plan había salido tal cual él había querido.- Gracias por retenerlo, es muy hiperactivo y a veces se me escapa, creo que debo educarlo mejor.- ante esta respuesta ladro hacia él en modo de regaño y Kaori lentamente le pasó el perro con cuidado mirándolo tierno.
-Deberías tener más cuidado, o la próxima vez será mío.- se rio mirando al perrito, quien podía jurar que pequeños corazones salían por sus ojos.
-Esperemos que eso no ocurra.- respondió Kiba levemente avergonzado, realmente no se esperaba esa respuesta y mucho menos la reacción de Akamaru.- Soy Inuzuka Kiba y él es Akamaru.- se presentó ante la bella pelinegra que se encontraba en su frente.
-Mitarashi Kaori.- le respondió la chica mirando aún al perrito en los brazos del chico.
-Kaori, apúrate, tenemos trabajo que hacer.- gritó Anko desde el otro lado del salón, haciendo que ambos chicos se sorprendieran.
-Creo que debo irme, cuida mejor de Akamaru la próxima vez.- le guiño un ojo para luego partir hacia dónde su madre bajo la mirada de Kiba y Akamaru, una vez que el chico pudo ver cómo la chica desapareció, miro orgulloso a perro.
-Bien hecho, muchacho.- lo bajo con delicadeza dándole un premio.
El solo sonrió de la ironía de las cosas "Kaori" era el significado literal de fragancia y eso lo había hecho querer saber de ella en un principio y no se había equivocado.
-Mitarashi Kaori, espero volver a verte por la aldea.- susurró para sí mismo para luego volver por dónde había venido.
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Ninken [Kiba Inuzuka]
Romance"El día que dejes tu arrogancia de lado, podrás darte cuenta que aquí, Kaori, tienes a alguien que te ama, que daría su vida por ti, como un Ninken lo haría por su amo" -Inuzuka, Kiba