DAYLIGHT | julián álvarez

─ chapter twenty two

ERAN LAS DOCE Y CUARTO DE LA NOCHE del martes veinte de diciembre y las familias recién estaban llegando al predio de Ezeiza después de un viaje de unas veinticuatro horas desde Qatar con una escala en medio. Sol estaba extremadamente agotada por el viaje, porque si bien había aprovechado a dormir, estar tantas sentada sin poder estirarse demasiado claramente le iba a pasar factura.

Si bien todas los familiares habían regresado a Argentina, muchos se habían quedado en el aeropuerto para directamente volar hasta las provincias donde vivían. En el caso de la familia de Julián, los Álvarez habían decidido viajar directamente a Córdoba, a su antigua casa, para preparar lo que iba a ser todo el recibimiento de Julián cuando visitara Calchín.

Sol bajó del micro que los había trasladado desde el aeropuerto junto a Valentina, Olivia y Camila, sorprendida por la cantidad de gente que ya había esperando la llegada de los jugadores. En el vuelo de regreso había visto fotos de lo que eran las calles de todo el país colmadas de gente que portaba de una forma un otra los colores de la bandera, pero una cosa era verlo por fotos y otra muy diferente experimentarlo de esa forma.

La chica de ojos chocolate aprovechó a sacar su teléfono y comenzar a grabar a toda la gente que estaba cerca mientras bajaba del micro y se adentraban al edificio, y al ver esto la gente se había comenzado a volver loca gritando y cantando. Un ruidito escapó de sus labios, había quedado completamente enternecida cuando vio a una chica que tenía dos peluches en sus manos, uno de Spiderman y otro de la que parecía ser Gwen Stacy, ambos portando unas mini camisetas de Argentina con el número nueve. Teniendo cuidado, y acompañada por uno de los de seguridad Sol se acercó a ella con una sonrisa, notando la emoción de la chica y de los que estaban a su alrededor.

— ¡Hola! ¿Cómo estás? —preguntó Sol con su teléfono en mano y la cámara abierta— Perdón que te joda, pero ¿puedo sacarles una foto a los peluches? Es para mostrársela a Julián.

— Sí, en realidad son para ustedes dos. —ante esto, Sol la observó con dulzura dedicándole una sonrisa radiante— ¿Podemos... ¿Podemos sacarnos una foto vos antes de que te vayas?

— Obvio, es lo mínimo que puedo hacer. —con toda la buena onda del mundo, la menor de los Agüero se acercó al grupito de chicas, mirando a la cámara con su mejor sonrisa y sus ojos ligeramente entrecerrados— ¿Cómo te llamas? —le preguntó tomando los dos peluches, y otras cosas que le iban alcanzando, muchas de ellas con el diseño de Spiderman o cosas relacionadas a él que iban dirigidas a Julián, mientras les agradecía y les decía que cuando el chico llegara se las iba a entregar a todas.

— Candela. —respondió la chica de los peluches.

Asintiendo, Sol acomodó las cosas que había llegado a agarrar para evitar que terminaran en el piso— Muchas gracias, Candela. Muy dulce de tu parte, de parte de todos. —agregó mirando a todos los que estaban ahí— ¡Nos vemos! —y así, Sol continuó caminando hacia el interior del edificio, sonriendo cuando escuchaba que gritaban su nombre y tratando de saludar como podía por tener los brazos cargados de cosas.

— ¿Y eso? —preguntó Valentina con diversión cuando la vio entrar, Olivia a su lado estaba completamente dormida en su cochecito.

— Regalos para Juli, no llegué a agarrar todos porque eran una banda, pero pude traer estos para que los vea. Toda esa gente se tomó el tiempo de hacerlos o comprarlos para él, lo mínimo que puede hacer es aceptarlos y guardarlos. —le explicó Sol con una sonrisa— Además son muy lindos, me matan de ternura. —agregó mostrándole un muñequito de crochet que se parecía al chico con la camiseta de la selección y un piluso de River.

— Se supone que entre las dos y las tres los chicos van a estar llegando, en el comedor pusieron unos sanguchitos y otras cosas para que comamos algo mientras esperamos.