─ extra four (final)

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AÑO 2030, 23 DE NOVIEMBRE, ARGENTINA.


YA CASI TODOS ESTABAN EN EL HOGAR DE LOS ÁLVAREZ, la familia y los amigos estaban por todo el lugar charlando, riendo y disfrutando de la comida mientras los nenes corrían de un lado a otro.

Era veintitrés de noviembre, lo que significaba que era el cumpleaños de Renata Álvarez, la tercer hija del matrimonio, que estaba cumpliendo un año. Y tal y como habían hecho en su momento con Helena y Francesca, habían decidido celebrarlo en su hogar con aquellos que más querían y que siempre estaban ahí para apoyarlos. Al igual que los anteriores, habían viajado a Argentina para poder celebrarlo, aprovechando que hacía calor, a diferencia de Manchester donde en esa época del año ya hacía un frío de cagarse.

Sol y Julián habían contratado un servicio de animación para los más chiquitos, para que pudieran divertirse haciendo juegos, retos y otras cosas junto a las animadoras, mientras los adultos se quedaban disfrutando del servicio de catering y la música que sonaba en el patio de la casa. Porque aprovechando que el día estaba lindo y que tenían un patio bastante amplio, decidieron armar gazebos con sillones para todos los invitados.

— Juli. —al escuchar la voz de su mujer, Julián se giró sobre su asiento. Sol lo observó con una sonrisa, el cordobés, que estaba portando una camisa blanca arremangada y un pantalón beige, con una barba de algunos días y su cabello ligeramente más largo permitiendo que se le formaran rulos en la parte superior, estaba sentado hablando con algunos de sus amigos del City— ¿Dónde están las nenas?

— Con los padrinos, amor. —respondió colocándose de pie para acercarse a ella, señalando la ubicación de sus hijas— Ni bien llegaron, ya me las robaron. —se quejó como un nene provocando que Sol sonriera.

La mirada chocolate de ambos se paseó por el patio y los invitados, ubicando poco a poco a cada una de sus hijas. Helena, la mayor, estaba en los brazos de Enzo que hablaba con su mujer Valentina y con algunos de sus compañeros del City que habían viajado y otros de la Scaloneta y sus parejas, mientras veían a Olivia, Mía y Ronnie jugando juntos a la pelota con los demás nenes. Francesca, la segunda hija del matrimonio, estaba en los brazos del Kun mientras este reía con los Messi y los Di María. Y, por último, estaba la cumpleañera Renata pacíficamente dormida en los brazos de su tío Rafael mientras este reía con su mujer, Agustina, con Mariana y Gustavo, y con su hermano Agustín.

— ¿Les dijiste que de tanto en tanto les den un poquito de agua? —cuestionó Sol observando con preocupación a Julián.

El cordobés asintió sonriendo— Sí amor, quedate tranquila, cada uno tiene la mamadera con agua por las dudas. ¿Vos comiste algo? Habíamos acordado que te ibas a quedar tranquila y sentada, y que ibas a dejar que las chicas del servicio se encargaran de todo, pero no te quedaste quieta un segundo.

Sol mordió su labio inferior nerviosamente— Quiero que todo esté en orden, no quiero que falte nada.

— Sol ya está todo organizado, tienen todo diagramado y los invitados están todos atendidos. —el cordobés la tomó de la mano con suavidad, entrelazando sus dedos para comenzar a caminar juntos hacia donde su familia se encontraba— Vení, vamos a buscarte algo para que comas.

Cuando llegaron a donde estaban los hermanos y los padres de Julián, Sol les dedicó una sonrisa mientras tomaba asiento. El cordobés por su parte se acercó a una de las mesas para poner algunos sanguchitos de distintos tipos en un plato.

— ¿Qué pasa cuña? —cuestionó Agustín que estaba sentado a su izquierda— ¿Ya te cansaste?

— Tu hermano me obliga a sentarme y de paso me sigue engordando para navidad. —comentó con diversión cuando Julián le tendió el plato— Pensé que después de tres embarazos iba a estar más relajado y menos sobreprotector, pero claramente me equivoqué.

DAYLIGHT | julián álvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora