─ chapter twenty five

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LA HORA EN LA TELEVISIÓN ACABABA DE MARCAR LAS DOCE, voces diciendo "¡Feliz navidad!" mientras alzaban sus copas resonaron por toda la casa de la familia Messi para realizar el brindis. La chica de ojos chocolate se abrazó con fuerza a su hermano y su sobrino mientras les deseaba una feliz navidad y les decía lo mucho que los quería, para luego comenzar a felicitar y abrazar a los demás con una expresión radiante.

Para cuando la chica había terminado, lo primero que hizo fue agarrar su teléfono e irse hacia un rincón, mientras los demás sacaban a los nenes a afuera para ver los fuegos artificiales que los demás en el barrio estaban tirando (no tiren fuegos artificiales que hagan ruido la concha bien de su madre) para poder poner los regalos abajo del árbol sin que se dieran cuenta.

— ¡Hola mi amor! ¡Feliz navidad! —una sonrisa dulce se formó en los labios de Sol y sus ojos chispearon vivaces cuando Julián apareció en la pantalla por medio de una videollamada, portando una camisa blanca, con el primer botón desprendido, sus ojos chocolate brillando con cariño y una sonrisa en sus labios. Las ganas que tenía Sol de estar ahí y poder besarlo en ese momento eran tremendas.

— ¡Feliz navidad mi vida! —respondió la chica, notando como atrás de Julián podía verse a sus primos más chicos corriendo por todo el patio con lo que parecían ser estrellitas y bengalas— ¿Cómo estás? ¿Cómo lo están pasando?

— Bien, muy bien, aunque te extraño bastante. —Sol le dedicó una sonrisa, también lo extrañaba bastante, demasiado. Y es que con el Mundial y estar un mes en el mismo predio se habían acostumbrado a estar bastante tiempo juntos tomando mates o simplemente hablando, sí, pasaban tiempo con todos y la ausencia de todos era notable, pero con quién más pasaba tiempo Sol era con Julián y la ausencia se hacía cada vez más notoria.

— Yo también te extraño una banda, pero ya en unos días nos volvemos a ver otra vez.

Julián asintió con una sonrisa— ¿Ya tenés el vestido? Yo ya tengo todo el traje.

— Sí, hoy a la mañana Anto y Sofi me acompañaron a comprar los zapatos, así que ya tengo todo.

— ¿Es Sol? —de fondo podía oírse la voz de Agustín— ¡Hola Sol! ¡Feliz navidad!

— ¡Vieja, está Sol en llamada! ¡Feliz navidad cuña! —saludó Rafael apareciendo en la llamada junto a Agustín, corriendo ligeramente a Julián para que los tres pudieran entrar en la pantalla. Una risa brotó de los labios de Sol al ver la mirada que Julián les dedicaba a sus hermanos.

DAYLIGHT | julián álvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora