Había pasado una semana de lo sucedido, ambos no se veían frecuentemente.
Claro, sólo se veían en el trabajo.
Tae-mo está muy estresado con su trabajo, mucho más trabajo venía así colapsando su agenda.
Recibió la llamada de su novia, de nuevo lo había olvidado. Había olvidado que el mismo la había citado para cenar juntos.
Lo había olvidado por completo.
Soltó un suspiro, agarrando su frente con estrés. Los papeles yacían ocupando toda su mesa, y aún falta mucho más.
—Cariño, estoy en el restaurante—Dijo.
Aquella dulce voz.
Tae-mo soltó un suspiro de cansancio, vio su hora.
—Estaré en unos minutos, esperame allí—Dijo.
Sin siquiera dejarle hablar colgó.
Sulli yacía esperando mucho tiempo, se sentó, moviendo sus piernas de nerviosismo.
Tae-mo soltó un suspiro de cansancio, cerrando levemente sus ojos.
Solo unos minutos, luego le diría que no iría.Pero está equivocado, eso lo hubiera dicho minutos antes.
Sulli miraba la hora, había pasado una hora.
Sulli
Cariño, ¿te encuentras bien?Marcaba los dos vistos, pero el aún así no veía el mensaje.
Solo un suspiro.Ya habían pasado dos horas, el no llegaba.
—Señorita, el local ya cerrará—Dijo.
Vio la comida que ya había pedido, asintió levemente.
Se levantó, saliendo de allí.
Lágrimas salían de sus ojos, sintiéndose humillada.Tae-mo se levantó al sentir la vibracion de su celular.
Rápidamente abrió sus ojos al recordarlo.Ocho mensajes y tres llamadas perdidas, soltó un suspiro poniendo su mano en su frente.
Pero aún así no le respondió.
Seong-hun se adentró al despacho, claro, llamando a la puerta antes.
—¿Aún sigues aquí? Pensaba que estabas con tu chica—Dijo, sentándose en el cómodo sillón.
Tae-mo negó.
—Tengo mucho trabajo—Dijo.
—Pero también está tu novia, necesitas tiempo para ella—Dijo.
Negó—Necesito tiempo para el trabajo, luego hablaré con ella—Dijo.
—Tae-mo, tu relación con mi cuñada está cayendo poco a poco—Dijo.
—Lo sé, pero aún así, ahora mismo solo quiero centrarme en el trabajo.
—¿Que acaso ya no la amas como solías decir siempre? —Dijo.
—Claro que la amo, es mi vida. Pero, cuando estoy con ella me siento... No sabría como decirlo, me siento raro—Dijo.
Seong-hun frunció el ceño.
—No la amas—Dijo.
—Claro que la amo, no me refiero a eso. Lo que me refiero, cuando se expresa, llamando siempre mi atención, queriendo que esté pendiente a ella. Me estresa cuando hace eso, cuando siempre está pegada a mi. Se que soy cruel, pero en el trabajo estoy estresado. Ella viene siempre a querer abrazarme, siempre hablando de algo que no estoy enterado—Dijo.