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Young-seo había ido con su.. ¿Novio? La verdad es que no sabia ni siquiera que eran.

Dijeron que iban a comprar algodón y alcohol, aquello me hará sufrir hasta el último de mis días, pero aún así desinfectaría mis heridas.

Tae-mo yacía acariciando mis cebllos, yo teniendo mi cabeza recargada en su hombro.

—Quiero recompensarte—Dije en un susurro audible.

—¿Uhm?—Dijo, extrañado.

—Quiero devolverte lo que hiciste por mi—Dije, quitando mi cabeza de su hombro.

Volteo, viéndome con atención.

—Haré lo que me pidas—Dije.

Sonrió levemente, acariciando mi mejilla. Negó, dándome un corto beso, le correspondí.

—No necesitar hacer nada, cariño—Dijo.

Levanté mi mirar, aun así quería hacerlo, el me ayuda en todo, me hace la persona más feliz del mundo.

—Quiero hacerlo—Dije.

Podía notar como su mirada cambió, analizandome.

—¿Harás lo que te pida?—Dijo, en un susurro ronco.

Asentí, removiendome en el asiento. Bajó su mirada, viéndome los muslos.

Bajé mi mirada, viendo cómo mi falda estaba alzada.
Rápidamente la bajé avergonzada.

—Lo siento—Dije, nerviosa.

Levantó su mirar, sintiendo como su mano iba a mi muslo.

—¿Que haces?—Dije nerviosa.

Sentía mis mejillas calentarse, mi corazón empezaba a latir con rapidez.

—Quedate quieta—Dijo en un susurro audible.

Mis piernas empezaron a temblar cuando sentí como sus caricias en mi muslo subían.

—Nos pueden ver—Dije nerviosa, me removi.

—Harías lo que te pida—Dijo, dando un corto beso en mi mejilla.

—No esto—Dije, mirando hacia otro lugar.

Asintió, quitando su mano de mi muslo.
Bajó mi falda, dando una pequeña palmada en mi muslo.

Podía notar el ambiente pesado, voltee a verlo, miraba hacia arriba. Su respiración agitada, baje mi mirada, viendo lo que no debería de ver.

Bulto.

Rápidamente voltee mi mirada, ¿yo lo había ocasionado?

La tentación, en toda relación siempre hay cosas indebidas que hacen las parejas.

Es normal, eso claro que lo sabía.

Pero, tengo miedo, miedo a que no le guste lo que vea.

Lo quiero, lo necesito. Pero mi inseguridad se hacía presente.

Tantas chicas.

No soy perfecta, no soy tan delgada como muchas, no soy tan bonita como muchas.

Cuando me siento, siento mi cuerpo en un rollo.

Pero el, con su potente mirada. El me hacía amarme, el me asegura que soy la mujer de su vida, que soy la persona más hermosa que haya visto.

El, el hace que me ame.

—Perdoname—Dijo el en un susurro.

Voltee a verlo.

—Hice las cosas sin tu consentimiento, me siento tan avergonzado de mi mismo—Dijo, poniendo una mano en su frente.

Lo miré con adoración, no me abandonó, no me presionó.

Se disculpó.

—Quiero que lo hagas de nuevo—Dije, poniendo mi mano en su abdomen.

La camisa de trabajo, yo misma le había quitado el abrigo color gris.

Volteo, aquella mirada, te hipnotiza.

Me puse en sus piernas, poniendo las mías a cada lado de él.

Sus manos fueron a mi cintura, me veía con tanta lujuria, con amor.

Me besó apasionadamente, levantándose. Enreedé mis piernas alrededor de su cintura.

Me puso en mi mesilla, abriendo mis piernas, poniéndose entre ellas.

Los besos fueron hacia mi cuello.

.

.

.

.

Lo que me pregunto, ¿por que mi hermana y mi novio tardan tanto?

Yacíamos vestidos, abrazados.

—Te amo, Sulli—Dijo el, besando mi mejilla.

Me veía como si fuera la única en el mundo,

—Te amo, Tae-mo—Dije.

Nos sobresaltamos al escuchar un estruendo en la puerta.

Rápidamente nos levantamos.

—No estan durmiendo—Dijo mi hermana al vernos.

Seong-hun nos miró avergonzado, claramente habían hecho lo que mi novio y yo hicimos.

Mi hermana alzó la bolsa de algodón y alcohol.

.

Cuando ya estuve curada, levante mi mirada, viendo a mi hermana.

Tae-mo junto Seong-hun se tuvieron que ir, el trabajo los llama.

Pero aún no olvido lo que sucedido entre nosotros.

No lo podría olvidar nunca.



Propuesta laboral.      |Tae-Mo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora