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Yacía en una vereda, con mis maletas a mi lado. La gente que pasaba solo miraba, otras con mirada de burla.

Carajo, ni siquiera se lo quería comentar a mi hermana, ella está peor que yo aunque lo niegue.

Bueno, en realidad yo estoy peor que ella.

—Mi vida es una completa mierda—Dije soltando un bufido.

La vibracion en mi celular se hizo presente, mi corazón se aceleró al ver que es Tae-mo el que me está llamando.

Abrí levemente mis labios, tengo pánico justo ahora. No quiero que sienta lástima, es vergonzoso.

Carraspee, peinando mi cabello, contesté.

—¿Llegaste bien?—Dijo.

Voltee rápidamente mi mirada a la derecha y a la izquierda, pero no veía a un Tae-mo mirándome.

—Si, justo ahora iba a descansar, ya sabes, el trabajo es agotador—Dije.

—¿No asistirás a nuestra cita?—Dijo.

Carajo, lo había olvidado.

—Uh, si, claro que asistiré. Me iré a bañar justo ahora, te veo allá—Dije para colgar.

Solté un suspiro, soy una estúpida tan evidente. Carajo, ni siquiera se lo que hago conmigo misma.

Mire mi maleta, ¿ahora donde las pondría?
Mi padre es un maldito anciano egoísta, ganas de mandarlo al carajo nunca me faltaron.

Caminé al baño público, no había casi nadie.
Metí mis maletas al cubículo, encerrandome allí.

Comencé a vestirme con toda la incomodidad que existe en este triste mundo.

Al ya estar vestida, comencé a maquillarme. Bueno, al menos hay espejo.

Sonreí viéndome, solté un suspiro. ¿A quien engaño? Nada es igual que tener un lindo hogar, una cama en donde acomodarte.

¿Pero ahora dond guardaría mis maletas?—Me pregunté.
Caminé, llevando mis maletas, buscando un buen escondite, tampoco quiero que me roben mis pocas cosas que tengo allí.

Vi un basurero, allí había un mediano escondite. Solté un suspiro, es esto a nada.

.

Solté un suspiro al ya estar fuera del restaurante, vine casi corriendo con estos estúpidos tacones.

Me adentré, sonriendo a los presentes, la mayoría me veía con envidia, otros educadamente me sonrieron.

Fui hasta la mesa reservada, allí estaba el, viendo su celular con el ceño fruncido.

Caminé, haciendo resonar mis tacones.

Me senté, llamando su atención, al percatarse de que era yo emboso una linda sonrisa.

—Sé que fueron unos minutos tarde, pero aún así llegué—Dije, sonriendo con nervios.

Asintió, acariciando delicadamente mis manos.

—Tranquila—Dijo.

Asentí, el veía a todos lados, frunci el ceño al ver sus acciones.

Carraspeo, al segundo vino el atendiente, extendiendonos la lista de comida que había.

Pedí un asado con puré de papa, diablos, si que tengo mucha hambre.

Tae-mo pidió una pasta.

Después de unos minutos los platillo vinieron, sonreí encantada, mi estómago comenzó a rugir haciendo que me ponga avergonzada.

Sonreí agradecida, comencé a comer. No había almorzado, ni siquiera desayunando.

Comía y comía.

—¿Después de la cena te gustaría ir a algún lado?—Dijo Tae-mo.

Levanté mi mirar, me limpie los labios, claro por si me había ensuciado.

—Si, me gustaría—Dije, sonriendo cok timidez.

Asintió.

—Antes quisiera hacer algo—Dijo en un susurro audible.

Frunci el ceño, ¿que es lo que quería hacer?

Puso dos dedos en su frente, mirando hacia todos lados. Frunci el ceño, volvió a ponerse dos dedos en la frente.

El lugar se apagó, salté, soltando un chillido. ¿Se había ido la luz?

—Tranquila—Dijo, agarrandome con delicadeza la mano.

Asentí, convenciendome que todo estaría bien.

De pronto unas velas se prendieron, las luces se prendieron siendo ahora doradas. Sonreí, un ramo de flores estaban en estos.

Tae-mo se levantó, extendíendo sus manos, así para recibir el ramo de rosas.

Unos tulipanes, puse mis manos en mi boca.
Nunca nadie me había hecho este tan hermoso detalle.

Agarró mi mano, besándola con delicadeza.
Tae-mo volteo a los atendedores, haciendo una seña para que se retiren, aquellos lo hicieron con rapidez.

—Sulli, hace unos días demostré mis sentimientos hacia ti.—Dijo, mirándome fijamente—No sabes lo enamorado que estoy de ti, me gustas desde que éramos niños, tan solo mejores amigos—Dijo.

—Te quiero, Sulli. ¿Quieres ser mi novia?—Dijo, ponía notar que estaba serio, posiblemente nervioso.

Atte: posiblemente no les guste esta propuesta de amor, perdón por si no les gusta, hice todo lo posible para que sea romántica.
Ahora si, sigamos.

Sonreí, teniendo los ojos llorosos.
Asentí, abrazándolo mientras escondía mi rostro en su cuello.

—Te quiero tanto, Tae-mo—Dije, besando repetidas veces su mejilla.

Sonrio, viéndome con cariño.

..

Propuesta laboral.      |Tae-Mo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora