Capitulo 26

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Traducido por Annaiss

Corregido por liRose Multicolor

Puedes conducir uno de esos? —Pregunta, señalando hacia la carretera.

—Sí —digo lentamente.

—Vamos, entonces. —Se vuelve colina abajo hacia la carretera.

—Mmm, ¿no es peligroso?

—Es poco probable que haya dos unidades de vuelo en la misma dirección con una o dos horas de diferencia. Una vez estemos en camino, estaremos más a salvo de los monos de carretera. Pensarán que somos los hombres de Obi, bien armados y bien alimentados para atacar.

—No somos monos. —¿No acaba de pensar que éramos monos inteligentes? Así que, ¿por qué me dolía que me acabara de llamar uno?

Me ignora y sigue caminando.

¿Qué esperaba? ¿Una disculpa? Lo dejo pasar y lo sigo hasta la autopista.

Tan pronto como damos un paso sobre el asfalto, Raffe me agarra del brazo y nos esconde detrás de una furgoneta. Me agacho a su lado, tratando de escuchar lo que él escucha. Después de un minuto, oigo un coche dirigiéndose hacia nosotros. ¿Otro? ¿Cuáles son las probabilidades de que otro coche esté pasando por la misma carretera que nosotros a sólo diez minutos después del primero?

Éste es un camión negro con una cubierta. Cualquier cosa que esté debajo es grande, abultada y de alguna manera intimidante. Se parece al camión en el que estaban llenando de explosivos ayer. Retumba, lento y lleno con propósito hacia la cuidad.

Una caravana. Es una caravana extendida, pero apuesto el contenido de mi mochila que hay más coches delante y por detrás. Se han separado para ser menos evidentes. El Hummer probablemente sabía acerca de los ángeles volando hacia ellos porque se enteraron por los coches delante de ellos. Incluso si el primer coche había sido eliminado, el resto de la caravana estaría bien. Mi respeto hacia el grupo de Obi, suben otro nivel.

Cuando el sonido del motor se desvanece, nos levantamos de nuestro lugar detrás de la furgoneta y empezamos a buscar nuestro propio coche. Preferiría manejar un coche de bajo perfil y económico que no haga mucho ruido y no se quedará sin combustible. Pero ese es el último coche que los hombres de Obi conducirían, por lo que comenzamos a buscar entre la gran selección de SUV en el camino.

La mayoría de los coches no tiene llaves. Incluso en el final del mundo cuando una caja de galletas vale más que un Mercedes, la gente siguió llevándose sus llaves con ellos cuando abandonan sus coches. La costumbre, supongo.

Después de ver media docena, encontramos un vehículo negro con vidrios polarizados y con las llaves en el asiento del conductor. Éste debió sacar las llaves por costumbre, después lo pensó mejor respecto a llevarse el metal sin valor con él. Tiene un cuarto de combustible. Eso, al menos, debería llevarnos hasta San Francisco, asumiendo que el camino esté limpio hasta allá. No es suficiente para volver.

¿Volver? ¿Volver a dónde?

Silencio la voz en mi cabeza y subo. Raffe sube en el asiento del pasajero. Inicia en el primer intento y comenzamos a dirigirnos hacia el norte por la 280.

Nunca pensé que conducir a treinta y dos kilómetros por ahora pudiera ser tan emocionante. Mi corazón late mientras agarro el volante como si fuera a salirse de control en cualquier momento. No puedo ver todos los obstáculos en el camino y seguir en alerta por los atacantes. Echo un vistazo rápido a Raffe. Está explorando los alrededores, incluyendo los espejos laterales, y me relajo un poco.

Ángeles Caídos (Angels Fall): Penryn y el fin de los diasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora