Seis meses después, el ambiente en el hogar de Hua Cheng cambió por completo, si hablamos de Xie Lian se podía notar la felicidad en su rostro.
-¿Quién es la princesa de éste lugar? Eres tú, mi amor.
Xie Lian estaba sentado mientras cargaba en sus brazos a su hija riendo por las muecas que este hacía, la niña en los últimos meses había mostrado un crecimiento positivo y aparte había sacado el ojo rojo de Hua Cheng por lo que era aún más especial.
-¡Primo, ya estoy aquí!
Para desgracia de Hua Cheng, Qi Rong ahora tenía la costumbre de llegar casi todos los días para ver a Xie Lian y a Hua Xiao que siempre se alegraba de ver a su mejor ejemplo a seguir.
-Qi Rong, bienvenido...
-Mira Hua Xiao, tu tío favorito ya está aquí, te traje un regalo.
-¿Qué le trajiste?
Qi Rong empezó a buscar entre sus bolsillos y sacó lo que era una mano que le pertenecía a un hombre adulto.
-Q... Qi Rong...
-¿No es lindo? Se la corté al cadáver de un monje, puede tenerlo como llavero y le dará buena suerte.
Qi Rong estaba orgulloso de su regalo y así se acercó a Hua Xiao que quería tomar la mano pensando que se trataba de un juguete nuevo pero Xie Lian no sabía si golpearlo o qué, lo único que hizo fue quitarle la mano y lanzarla lejos.
-¡Primoooo! ¿¡Porqué!?
-Te he dicho cientos de veces que no traigas este tipo de cosas.
-Pero era muy lindo.
Éste se mantenía mirando en la dirección donde Xie Lian había lanzado la mano.
-Y lo mucho que me costó encontrar esa cosa.
Xie Lian volvió a sentarse en donde estaba mientras acomodaba a Hua Xiao que parecía que había empezado a tener sueño.
-¿Dónde está la serpiente tuerta?
-Creo que había salido, no creo que tarde de todas maneras.
-Con razón se me hacía extraño que ya había pasado mucho desde que llegué y que aún así no me ha ahorcad... Agghhdgs...
-¿Quién es la serpiente tuerta que aún no te ha ahorcado? Qi Rong, no puedo salir de mi casa sin tener la seguridad de no verte aquí en cuanto regrese.
Hua Cheng regresó a su hogar y lo primero que miró fue a Qi Rong, cosa que no quería ver por obvias razones así que en cuanto lo vió se acercó a él para tomarlo del cuello y así sacarlo de su casa.
-No se traten así cuando Hua Xiao está aquí, pueden seguir así cuando ya no esté aquí.
Xie Lian habló y se levantó con Hua Xiao para dejar a su esposo divertirse con Qi Rong. Llevó a su hija a su habitación y ahí la puso dentro de su cuna para así dejarla descansando.
-Duerme mi dulce princesa, en un rato tus tíos te vendrán a ver y tienes que dormir bien para jugar con ellos.
La habitación de Hua Xiao estaba a la par de la habitación de Xie Lian y Hua Cheng, era una habitación grande con muchas decoraciones, juguetes y más, que eran regalos para ella que venían de los más cercanos ya que Hua Cheng no aceptaba regalos de personas o fantasmas ajenos a ellos.
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La bendición y sus dos calamidades |HuaLian|
FanficEn este fanfic sólo vas a encontrar amor y paz (y putazos). Espero que les guste mi primera historia de "Tian Guan Ci Fu" ♡