Capitulo 8: La borrachera [1]

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Algo que siempre cambia a las personas es la llegada de un miembro a la familia.

Un ejemplo de eso fue el cambio que hubo entre Xie Lian, el príncipe heredero y el más fuerte de los dioses marciales, también el cambio de Hua Cheng, la lluvia carmesí que buscaba la flor y el Rey fantasma.

Hacía ya 4 años que habían recibido el mejor de los regalos que era el convertirse en padres. Hua Xiao se había convertido en una niña hermosa de cuatro años que le gustaba correr por toda la mansión paraíso y también amaba atormentar a su tío demonio Luo Binghe.

—¡Pequeña mocosa, verás cuando te atrape!

—Viejo malo.

—¿¡Cómo me llamaste!? Viejo será tu papá.

A otros que amaba molestar eran sus otros tíos, Mu Qing, Feng Xin, Pei Ming y más personas, eran más las personas que molestaba a las que no lo hacía y estos eran por supuesto Xie Lian, Shen QingQiu y Quan Yi Zhen.

Ni el mismo Hua Cheng se salvaba de los tormentos de Hua Xiao, ya que era el que más tenía que estar al pendiente de ella cuando hacía alguna travesura.

Hua Xiao había crecido y era un poco más alta que los niños de su edad, tenía el cabello negro y largo, sus rasgos faciales eran como los de Xie Lian y algo que la caracterizaba del resto era ese ojo carmesí que siempre brillaba sin parar.

La mayor parte del tiempo corría descalza por la mansión paraíso, Hua Cheng y Xie Lian habían llevado más gente al lugar ya que con los que habían no era suficientes para cuidar y vigilar a ese tornado que nunca se cansaba de jugar.

—¡Es imposible, jamás podremos atrapar a la señorita!

—¡Cada día es más rápida!

—¿Cómo alguien tan pequeña puede ser tan rápida?

Algunos sirvientes se estaban cansando por estar siguiendo a Hua Xiao por todo el lugar, Hua Cheng lo estaba notando, miró todo el desastre que había en la mansión así que no tuvo más que intervenir en ese momento.

—¡HUA XIAO!

El grito molesto se dió a escuchar hasta afuera de la mansión, varios fantasmas que iban pasando inclusive se asustaron por escuchar ese grito.

Hua Xiao por supuesto se detuvo y apareció frente a Hua Cheng cuando escuchó ese grito, al verla, Hua Cheng sentía que se iba a desmayar de ver cómo lucía, su "princesa" parecía de todo menos una princesa, estaba con el cabello suelto y alborotado, descalza y su vestido estaba todo manchado de tierra y polvo por haberse estado arrastrando en el suelo.

—Ay, que alguien me atrape.

—¡Hua Chengzhu!

Hua Cheng fue atrapado por los mismos sirvientes, él era un fantasma, ¡Pero por alguna razón sentía que se iba a morir! Su hija estaba desarreglada por completo y para rematar las cosas, Xie Lian le había comprado hace apenas dos días ese vestido que ahora estaba totalmente sucio.

Xie Lian llegó para ver qué provocaba tanto escándalo y al ver a su niña hecha un desastre, a diferencia de Hua Cheng, sólo estaba decidiéndose entre si reír y llorar, llorar o reír o ya por último hacer las dos cosas.

—¿Porqué estás tan sucia?

Hua Xiao se acercó a Xie Lian y le hizo señas para que se agachara, Xie Lian lo hizo y cuando se agachó, Hua Xiao le dijo algo al oído.

—Estaba buscando.

—¿Qué cosa?

Hua Xiao metió su mano dentro de una bolsita que llevaba y sacó algo, se lo dió a Xie Lian y cuando éste abrió su mano pudo ver que se trataba de una flor pequeña.

La bendición y sus dos calamidades |HuaLian| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora