Capítulo 3: Bajo el cuidado de los tíos [1]

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Días después, Xie Lian se encontraba con Hua Xiao en la habitación de ésta misma. Xie Lian la observaba mientras la niña estaba sentada en el suelo viendo un peluche que había sido un regalo de Mu Qing.

—Hua Xiao, ¿Porqué le estás aplaudiendo a ese peluche?

Xie Lian reía de ver a Hua Xiao sentada frente al peluche mientras le hacía ruido y le aplaudía como si estuviera tratando de comunicarse con el objeto.

—Su Alteza, tengo noticias para usted.

Yin Yu llegó a la habitación y le entregó una carta a Xie Lian que ahí mismo la tomó y empezó a leerla.

—"Parece que me solicitan para ayudar a resolver algo"

—Gege...

—San Lang, justo a tiempo.

Xie Lian le entregó la carta a Hua Cheng y así empezó a leerla con atención, después se dirigió de vuelta a él.

—¿Irás a ese lugar? Está muy lejos en el norte.

—La verdad no quiero hacerlo pero es mi trabajo ya que esas personas me requieren.

—Entonces iré contigo.

—No, necesito que alguien se quede cuidando a Hua Xiao.

—Pero tampoco puedes ir sólo...

Ambos se quedaron pensando para así encontrar una solución, en cuanto Xie Lian estaba a punto de opinar algo, se pudo escuchar cómo la puerta de la habitación se abrió con enorme fuerza.

—¡Hua Xiao, adivina quienes acaban de llegar!

Xie Lian observó de inmediato hacia donde estaba la puerta y observó a Pei Ming, Mu Qing y Feng Xin que habían llegado de nuevo a visitarlos.

—Su Alteza, ¿Saldrá?

—Me temo que tengo un viaje que hacer, pero no tengo con quién dejar a mi hija.

Los ojos de Mu Qing y Feng Xin brillaron en cuanto escucharon a Xie Lian mencionar su problema.

—¡Yo puedo cuidarla!

—¡Yo también!

—No es necesario que tú estés aquí, yo puedo cuidarla, tú regresa por donde viniste.

—¡Yo debería decir lo mismo de ti! No tienes porqué estar aquí, conmigo es más que suficiente.

Xie Lian empezó a reír de verlos pelear a ambos, y a la vez se sentía aliviado.

—Si no les molesta, ambos pueden hacerlo, entre más personas estén aquí, será mucho mejor y más seguro, ¿No piensas lo mismo, San Lang?

Hua Cheng sólo sonrió y le asintió a su querido Gege, con eso ya estaba cerrado el trato, Xie Lian y Hua Cheng irían a esa misión mientras Mu Qing y Feng Xin se iban a quedar cuidando a Hua Xiao.

—Yo podría hacerlo igualmente.

—General Pei, igualmente se lo agradezco mucho.

Ya con más personas para cuidar a su hija, Xie Lian empezó a preparar todo junto a Hua Cheng, media hora después ya estaban listos para marcharse no sin antes recibir indicaciones por parte de Xie Lian.

—Si empieza a llorar denle el peluche grande que está junto a su cuna, si le da hambre no le den cualquier tipo de alimentos, denle cereales para su edad, también denle papilla de frutas, más de manzana, a ella le gustan más las manzanas, y si pasa...

La bendición y sus dos calamidades |HuaLian| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora