¿Solo hermanastros? - Julián Álvarez y Enzo Fernández

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Enzo:

Enzo estaba enfurecido, odiaba a todos, a Paulo principalmente, sentía que éste era responsable de todo lo que estaba pasando entre Juli y él, lo odiaba con toda su alma, lo había traicionado. Paulo fué el primero en saber de lo que sentía por Julián y aún así le importó un chorizo. "Solo piensa en él" era lo único que se le pasaba por la mente a Enzo, mientras recorría la casa respirando fuertemente y dando fuertes pisadas. Quería ir al gimnasio de la casa, para calmar su mente, su solución a sus problemas siempre fué entrenar.

Pero por más que recorría los pasillos no encontraba el puto gimnasio, si, había estado en el tour, donde le mostraron perfectamente donde se encontraba éste, pero la cabeza de Enzo solo pensaba en Juli y Paulo, con sus manos entrelazadas, quería irse a su habitación y llorar por 3 horas de seguido, o comer 5 kilos de chocolate, o tal vez entrenar por 10 horas. Y por culpa de andar pensando en eso, no prestó atención y ahora no recordaba donde se encontraba el gimnasio.

Por más que recorría los pasillos, sentía que solo estaba dando vueltas en círculos, hasta que se encontró con Messi, quien lo miró confundido al verlo tal cansado, parecía, no, estaba perdido, definitivamente. Messi se dirigió hacia Enzo y le regaló una sonrisa, su típica sonrisa con las filas de dientes algo separadas, indicando felicidad, estaba muy emocionado por jugar éste mundial, se mantuvo muy positivo y eufórico.

-Che, chamigo, pareces una papa hervida en medio de un desierto, qué te pasó? -Preguntó el mayor acercándose para apoyar una de sus manos en la espalda del morocho quien suspiro y se pasó la mano por la cara, no sabía si inventar alguna excusa o directamente decirle que no se acordaba de donde quedaba el gimnasio y que estaba totalmente perdido.

-no sabes donde queda el gimnasio? tengo que ir a despejar mi mente boludo, están pasando muchas cosas. -Comentó el morocho mientras se agachaba apoyando ambas manos en las rodillas y suspirando cansado, estaba harto de todos si, pero no de Messi, desde que debutó en la selección Messi fué siempre más amigable y humilde que el resto, claro, todos eran buena onda, pero Messi siempre fué especial para Enzo.

-Sos boludo no? ese cártel dice que el gimnasio es por ese pasillo. -Rió el mayor mientras Enzo levantaba la vista topandose con el enorme cartel que decía "Gimnasio ➡️" se quería re matar, buscó por horas o al menos eso creía y no vió en ningún momento ese cartel. Suspiro para luego ponerse de pié correctamente. -Igual no vas a poder hacer mucho, el gimnasio es solo a la mañana y a la tarde, desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la noche. - El 10 palmeo la espalda de Enzo quien se veía mucho más decepcionado que antes.

-No me jodas hermano, la puta que lo parió, y ahora qué hago? -se lamentó el morocho mientras pasaba ambas manos por su rostro, su único remedio era el ejercicio, o bueno, más bien era una tortura, pero a él le gustaba eso, porque sabía que todo lo que le pasaba era su culpa, por no esforzarse al máximo. Entonces se daba él mismo, el castigo que se merecía.

-Yyy bueno, no yo sé si te pueda ayudar en mucho, pero si queres podemos ir a mi pieza y me contas que es lo que te está pasando, igual no comparto pieza con nadie así que solo vamos a ser vos y yo. -Sugirió Messi con una sonrisa en el rostro, Enzo se sentía muy seguro con su compañia, claro que jamás le había contado todo lo que le pasaba por miedo a verse débil o ser juzgado pero ésta vez necesitaba contarle, así que asintió y se fueron ambos a la habitación del capitán.

-Bueno a ver enzito, toma una tacita de té y contame todo lo que quieras, lo que necesites, yo no te voy a ver con otros ojos. -Comentó el mayor mientras dejaba dos tazas de té de tilo en una mesita enfrente de dos sillones que tenía y se sentaba en uno de ellos para escuchar atentamente la historia de Enzo.

Dos horas después..

-..Juli me dice "No vas a conseguir mi perdón tan fácil" y bueno, después de eso Juli se fué a su pieza y yo seguí buscando el gimnasio hasta encontrarme con vos -Finalizó Enzo su "pequeña" historia de dos horas y pico, Messi por otro lado, lo escuchó atentamente en cada palabra, amaba que la gente le cuente sus problemas, siempre fué un hombre muy atento y siempre le gustó escuchar a los demás contar sus historias, le gustaba ayudar.