El Cumpleaños de Mon, Parte 2

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Mon

Apenas iniciaba el día y una sensación de felicidad me envolvía. Había hablado con mi padre, Jasson, y esa conversación me dejó algo nostálgica, Llevaba más de un año sin verlo, y aunque cuando era pequeña él me visitaba mucho, dejó de hacerlo con tanta frecuencia cuando se casó nuevamente. A pesar de haber formado una nueva familia, nunca se desentendió de mí, lo que siempre valoré. Aún recuerdo los días en los que esperaba ansiosa sus visitas, porque sabía que traía historias divertidas y pequeños regalos. Aunque nuestras vidas habían tomado rumbos distintos, manteníamos el contacto y nos compartíamos las novedades, lo que me reconfortaba.

Ese día, además de mi charla con mi padre, me sentía feliz porque Sam había bajado con mis padres. Era su forma de evitar malentendidos, algo que siempre nos preocupaba, pero que, con el tiempo, aprendimos a manejar. Mi madre adoraba a Sam y mi padre Aon también la había recibido muy bien, tanto que ya tenía carta blanca en nuestra casa. Era un alivio saber que nuestras familias se llevaban tan bien, eso hacía todo más fácil para nosotras; Sin embargo, había ciertas cosas que Sam prefería evitar, como pasar mucho tiempo en mi habitación cuando mis padres estaban cerca. A pesar de nuestra cercanía, siempre fue muy consciente de lo que su educación le había enseñado sobre los límites y el respeto, Aunque esto a veces me hacía sonreír, entendía que, a pesar de nuestra relación, para ella era importante mantener su propio espacio y respetar ciertos límites de los demás.

A pesar de estos pequeños detalles, me sentía afortunada de que todo estuviera en equilibrio. Tener el apoyo de mi familia y de Sam me hacía sentir plena. Aquella sensación de paz y satisfacción, de ver a mis seres queridos aceptando y comprendiendo nuestra relación, me llenaba de felicidad. Aunque había cierta nostalgia por la distancia con mi padre biológico, me daba cuenta de lo afortunada que era al poder disfrutar de estos momentos con ellos. Al bajar ahí estaban las tres personas más importantes de mi vida y sobre todo Sam que estaba al pie de las escaleras con un ramo de rosas y una gran sonrisa

- Pero aquí viene la cumpleañera - dijo mi papá, levantando una ceja y sonriendo con picardía, mientras miraba a mi mamá. La risa de mi madre se hizo escuchar en el aire, y aunque trataba de parecer seria, su rostro no podía ocultar lo feliz que se sentía en ese momento. 

- ¡Son para ti! - me dijo Sam, entregándome un pequeño paquete envuelto con papel brillante. Luego, me abrazó con ternura - ¡Feliz cumpleaños! - exclamó con emoción.

- ¡Gracias! - respondí, asintiendo mientras el abrazo me envolvía en su calidez. No pude evitar sentirme especial en ese instante, rodeada de tanto cariño. Caminamos juntas hacia el comedor, donde mi madre ya había comenzado a organizar el desayuno.

- Pero ya, a desayunar, que se enfría todo - dijo mi mamá, mirando la mesa con atención, como si estuviera esperando que todos nos sentáramos de inmediato. Todos obedecimos al instante, como siempre lo hacíamos. Sabíamos que mi madre no solo era organizada, sino que también quería que todo estuviera perfecto para el desayuno, Mientras nos sentábamos a la mesa, la conversación se fue dando de manera natural, Entre bocados, no pude evitar comentar un poco sobre lo que había hablado con mi papá Jasson. 

- Mamá, Papa Jasson me comentó que está pensando en cambiar de trabajo - comencé a decir, pero noté que mi madre frunció el ceño, incomodándose al instante. Ella no había tenido una relación muy cercana con él, y cada vez que lo mencionaba, su expresión cambiaba.

- Ay, hija, no sé por qué sigues hablando de él - dijo mi mamá, desviando la mirada mientras cortaba su pan - Sabes que esas cosas me incomodan - Sam, que estaba sentada junto a mí, me miró con comprensión. No dije más al respecto y cambié de tema rápidamente.

- ¡Qué rico está el café! - exclamé, intentando que el ambiente se relajara nuevamente. Mi papá, notando la tensión, trató de aliviar el momento con una broma.

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