Mon apenas pisaba la habitación del hotel en el cual se llevaría acabo su boda, en menos de 24 horas sería la señora de Bunkhong, el maldito matrimonio forzoso que tenía con el gran empresario Nop Bunkhong, realmente tenía que hacer todo eso aunque su corazón le perteneciera a otra persona, mas bien a una mujer... A su gran amor Samanun Anuntrakul...
Amaba tanto a esa mujer que le dolia todas las decisiones estúpidas que siguió, ahora estaba por casarse con un hombre que no odiaba, pero simplemente no le era agradable, uno por el que no sentia nada pero que ya tampoco podía echarse hacia atrás, no cuando faltaban menos de 24 horas. Apenas dejó la maleta de un lado fue hasta la gran vista que tenía desde la ventana de la habitación... desde ahí podía ver como los empleados del hotel ya iniciaban con los arreglos, a esta hora al día siguiente ella ya estaría casada.
Su Sam... como había sufrido con la noticia de la boda, nunca podría perdonar lo que le estaba haciendo, le había dado tantas esperanzas para que quedará en una nada, en sólo promesas vacías, en promesas son sentidos, su palabra ya no valía nada, había traicionado al amor de su vida y estaba traicionando a su futuro esposo y familia al casarse Amando a otra persona... La quería ahí con ella, no quería a nadie más que no fuera Sam, quería sentir su calor, su amor...
Hace dos días no sabía nada de ella y eso le estaba matando. Sintió correr una lágrima por su mejilla y sólo cerró sus ojos para dejar caer un par más
- Perdóname mi amor, tu no te mereces que yo jugará así contigo - Soltó un suspiro y dio un pequeño brinco de sorpresa cuando escucho la puerta de su habitación cerrarse, limpio sus lagrimas y volteó encontrándose con su madre
- ¿Que tienes? - dijo al ver las lágrimas de su hija, mon sólo negó y le dio una pequeña sonrío - ohh mi niña está emocionada por su boda - Supuso la señora y tomo las manos de mon
- Si ma, es por eso - Le contestó casi en un susurro
- Cariño, tenemos que bajar para ver como esta quedando todo - Negó e hizo una pequeña mueca
- Ve tu mami, mi estómago duele y quiero descansar
- Cariño... ¿Estas segura de casarte? - el nudo en su garganta regreso y sus ojos se llenaron de lágrimas - Mon, contesta ¿Estas segura, Olvidaste a Samanun?
- Se lo prometí a papá y a Nop, no te preocupes todo está bien - Trato de sonar convincente a lo que la señora sólo asintió, no quería presionar a su hija y aunque le emocionaba la boda y ver a su hija casada, no podía sacarse ese par de preguntas de la cabeza
- Te dejó, iré A ver como esta quedando todo, me llevaré a Nop conmigo y a tu suegra, tu sólo descansa
- dile a Nop que no se preocupe, dormiré temprano así que dile que lo venga que estoy bien - Ponh puso una de sus manos en el hombro de su hija y asintió con una sonrisa, le dejó un beso en la frente y salió de la habitación.
Volvió a quedar sola y vio como el sol comenzaba a ponerse, si se pudiera ahorcar en esos momentos no dudaría en hacerlo. Se dejó caer en la cama y cerró los ojos por un momento, sólo quería dormir y que la noche fuera eterna...
Sam salía del aeropuerto sólo con un bolso en su mano ya era de noche así que tomo un taxi que la llevará directo al hotel, si tal vez era masoquista por asistir a la boda de la mujer que ama, pero No, ella no venía a la boda, ella no estaba ahí por esa estúpida boda, sólo tenía un propósito en su mente
Estando de camino abrió una de las botellas que había comprado en el aeropuerto y la puso directo en su boca para tomar un trago, sentía que moriría del dolor, ¿Ese era el precio de enamorarse de una mujer ajena? ¿De una mujer que estaba a nada de casarse? Mon ya no era de ella, no le iba a pertenecer nunca más, oficilamente hoy sería el último día en el que mon dejaría de ser su mujer porque pasaría a manos de otro...
