Mon ha pasado más tiempo fuera de su casa que de costumbre, ella lo sabe y no es la única que se ha estado dando cuenta, por la forma en la que su madre la observa, está casi segura que sospecha que algo está sucediendo.
Se está quedando sin escusas para pasar más tiempo del habitual fuera de casa. Pero después de encontrar a sam preparando la cena con nada más que un delantal, donde casi muere en el acto por la imagen que estaba viendo, ¿Cómo no iba hacerlo si lo único que podía ver era una hermosa piel pálida y nada más? No quiere volver a arriesgarse a algo parecido. Sam había perdido completamente la vergüenza
Últimamente mon ha intentado quemar tiempo en diferentes actividades después de su trabajo, se inscribió a un curso de pintura, a un gimnasio e incluso intento aprender a nadar. Al menos hasta que Sam abandone la idea del sexo, o le dé un pequeño respiro.
- Mon cariño ¿Estas bien? - la voz de su madre saca a mon de sus pensamientos. La tía Pohn mira con una ceja levantada hacia su hija, sabe que mon tiende a ser distraída y algo rara, pero recientemente se ve ausente y hasta un poco nerviosa.
- Si - da un asentamiento la castaña, tomando la tasa de café frio que sirvió su madre hace ya bastante tiempo frente a ella.
- Tú sabes que me encanta que me visites, mon - comenzó su madre - Pero por la cantidad de veces que has venido la última semana, sospecho que algo está pasando en tu casa
¡Ayúdame! Me están quebrando mamá. Poco a poco lo está logrando, mon quiere gritar.
- Estoy bien. Todo está bien, mi casa está bien. El voto está intacto - habló mon, demasiado rápido como para que su madre lograra entender todo el mensaje.
La tía pohn la mira con duda antes de agregar - ¿Tu y Sam están bien? ¿Pelearon?
La castaña mira a su madre, el número de veces que ha pasado por la casa de la tía pohn con respecto a las pocas veces que solía visitarla, si es algo inusual como para que su madre pensara en algo así.
Mon está a punto de responderle, pero es interrumpida por el sonido de su teléfono, anunciando un mensaje nuevo.
La joven mira con miedo su celular y sus nervios incrementan cuando nota que es un mensaje de Sam, esta con su madre, no sabría cómo reaccionar si es otra de las muchas fotos que la pelinegra le ha estado enviando, cada vez con menos ropa en ellas.
- ¿No vas a contestar? - la voz de su madre hace que mon salte de miedo en su lugar. La mujer mayor la mira con curiosidad.
Mon abre el mensaje y suspira de alivio cuando nota que no es más que un mensaje de texto.
Amor.
¿Dónde estás mon?
Estoy esperándote hace 20 minutos para salir a cenar con tee y yuki
La castaña abre sus ojos, lo había olvidado complemente. Se pone de pie bajo la mirada de su madre - Tengo que irme, mama - informó mon, antes de darle un abrazo de despedida - Y no te preocupes, Sam y yo estamos bien
Mon sale de la casa de su madre rumbo al lugar de reunión, ya no tiene tiempo de ir a su casa, así que le escribe un mensaje a la pelinegra para encontrarse en el restaurante. Ella se siente segura, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Sam no le hará nada en público ¿Verdad?
Ella cree estar fuera de peligro, hasta que su novia se presenta con un atuendo más sexy de lo que la ocasión requiere. Lleva una blusa negra ajustada y una falda oscura que muestra sus largas piernas. Maldición, mon está perdiendo su respiración solo con eso.