Mon estaba completamente segura de lo que Sam está tratando de hacer. Y esa revelación, solo la hizo, en resumen, sentir mucho más aterrorizada. Las provocaciones de la pelinegra no eran constantes, a veces sucedían en momentos aleatorios, donde la pobre castaña no lo esperaba.
Como la vez en donde Sam le pidió a Mon su honesta opinión como profesional de la moda. Un pedido al cual la Castaña en su inocencia, acepto y que término con la Pelinegra desfilando lencería diminuta para ella. Mon nunca había estado tan Mojada, mirando toda la piel descubierta de su hermosa novia.
Mon estaba aterrorizada por el momento en que sam atacaría de nuevo. Como cuando se despertó en la mañana y la pelinegra estaba encima de ella, lo que no era particularmente inusual, ya que Sam se caracteriza por ser una mujer muy cariñosa y pegajosa con ella todo el tiempo.
Es la manera como esta acostada justo encima de su abdomen bajo, lo que la pone nerviosa.
- Oh..- gimió Mon. La mano de Sam está básicamente sobre su entrepierna cubierta por la fina tela de su ropa interior - Sam... - Susurro tratando de llamar la atención de la pelinegra. Sam no se mueve, pero presiona el agarré de su mano, causando que la castaña deje escapar otro gemido lo suficientemente alto como para 'Despertarla'
Sam bostaza como si nada, como si en realidad estuviese dormida. La mujer más joven sabe que realmente no lo estaba
- Buenos días, amor, ¿Dormiste Bien? - Pregunto Sam como si fuese ingenua a la situación
- Si, Bien, ¿Te importaría quitar tu mano? - la pelinegra hace un puchero y se desliza de su cuerpo, no sin antes, darle un último ligero apretón sobre su entrepierna, Mon tiene que morderse el labio para evitar volver a gemir
- Sam, lo estás haciendo a propósito- se quejó Mon frunciendo el ceño tan tiernamente adorable, que Sam tuvo que inclinarse para besar el puchero de su novia
- oh bebé, no estoy haciendo nada - Dijo la pelinegra- Vamos, te prepare el desayuno- agrego después de dejar otro beso en los labios de la castaña
Mon parece reacia, pero tiene mucha hambre para negarse. Así que, se deja guiar por Sam hasta la cocina. La Castaña se sienta en la mesa, mientras la pelinegra se prepara para cocinar. Ella no puede evitar darse cuenta de lo bien que se ven las piernas de su novia, ya que solo está usando una camisa grande
- Dios - Suspiro Mon tratando de mirar a otro lugar, Sam sonríe para Si misma al notar lo molesta que está su novia. ¿Porque no mejorarlo un poco inclinandose cada vez más frente a Ella?
La mujer más joven deja caer su cabeza en la mesa, Sam la matara, de eso está muy segura. Estar cerca de Ella, le estaba afectando demasiado, mucho más que antes. La esta deseando hacer cosas específicas, cosas sexuales, contra las que ella ya había luchado tiempo atrás.
- Amor - Sam la rodea con sus brazos y besa su mejilla - ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Si, supongo - contestó Mon desde su posicion
- Puedes mirarme cuando te pregunte? - La pelinegra pasa las manos por el cabello de su novia y concuidado aparta su cara de la mesa. Para que puedan mirarse a los ojos.
- Sam ¿Qué me vas a preguntar? - interrogó mon nerviosa.
- No es nada malo, lo prometo - Mon tiene miedo de saber lo que Sam está a punto de preguntar. Pero su novia, solo se acerca y la besa con fuerza, sentándose en su regazo y envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros. Mon nunca podrá resistirse a los besos de la pelinegra, cuando se separan en busca de aire aire, ella la está mirando.
- Entonces, ¿Qué atuendo te gusto más? ¿El rojo que fácilmente podrías quitarme, o el azul, que traía una gorra de policía?
- ¿Qué? - preguntó la castaña, con sus ojos abiertos por la impresión. ¿Esa era la pregunta? Cual de toda la lencería que uso para ella, le gusto más.
