"Voto de Castidad, Parte 1"

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Para Sam, no resultaba un gran problema, o al menos no en ese momento de su vida. Ella estaba bastante feliz con su relación, Mon era dulce, cálida, amable, hermosa y sexi en todos los sentidos, sin siquiera intentarlo.

Además, nunca habia sentido una conexión tan fuerte con alguien. Sam supo desde un principio que Mon era la indicada para ella, la atracción física que había en un comienzo, rápidamente se había convertido en amor genuino por la mujer menor.

Pero claro, por la mirada de sorpresa que estaba obteniendo por su amiga y la novia de esta, le hacía pensar que, al parecer, ellas no pensaban en lo mismo. En su defensa el tema habia surgido de la nada, y no había sido intención de la pelinegra, dejar de relucir esa pequeña particularidad de su relación.

- ¿Me estás diciendo que su tu y mon, nunca han tenido... ? - Pregunto a medias tee, una de las mejores amigas de Sam

- ¿eso siquiera es posible? ¿Cuánto tiempo llevan? - Cuestionó está vez yuki, la novia de su amiga. Sus rostros mostraban tal confusión que Sam no pudo evitar sonrojarse furiosamente

- Dos años - respondió Sam, encogiendose en su asiento - y no... - añadió en voz baja, un poco avergonzada, Yuki negó con la cabeza y suspiro decepcionada, lo que hizo que Sam se Sonrojaramucho más

- Sabía que su relación se veía demasiado perfecta para ser verdad - Sam levantó su cabeza y miro molesta a la novia de su amiga. Realmente son la pareja perfecta la una para la otra, tienen una relación sana, solidaria y sastifsctoria, por lo que Sam la aprecio y no cambiaría nada entre las dos, excepto por un pequeño detalle...

Mon no había mantenido relaciones sexuales son ella... lo más lejos que habían llegado las dos eran tocarse por encima de la ropa, pero nunca habían tenido sexo, en sus largos años de noviazgo

°°

FLASHBACK

Sam había invitado a mon a una cita nocturna, y era la primera vez que iba a quedarse para pasar la noche con su novia. Por lo que la pelinegra esperaba que por fin pasarán al siguiente nivel en su relación. Llevaban saliendo cinco meses, y a la mujer mayor sinceramente le gustaría ir más allá que sólo besos.

No es que los besos que mon le disgustsran, Sam tenía que admitir que se ha vuelvo adicta a esos suaves labios rosados y no puede evitar buscarlos en cada oportunidad, pero mon siempre la frena sin ninguna razón cuando las cosas empiezan a tornarse más calientes.

La pelinegra no podía evadir la pregunta que siempre rodaba en su mente, ¿ Por que mon nunca va al final con ella? Sam siempre tenía que ocultar sus ganas de saltarme encima. La castaña era una perfección casi monstruosa y terriblemente sensual, como si fuera una modelo de temporada, esculpida a mano...

- mon, ¿Puedo hacerte una pregunta? - Dejo salir Sam, luego de que mon le entregara un cambio de ropa para dormir, cuando la pelinegra lo que menos quería era estar vestida

- Si, por supuesto - contestó mon sonriente, ajena a toda la situación

- Hemos estado saliendo ya por un tiempo. Sabes que me gustas mucho mon, quiero decir, es dolorosamente obvio cuanto me gustas - Mon asintió, a ella también le gustaba mucho Sam.

Relatos MONSAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora