XXXIII

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•Please•

— ¿Por qué? — preguntó cansado, ésta lo miró confundido — ¿Por qué me has ocultado esto?

— Hola hijo a mi también me da gusto verte — dijo la mujer al entrar en aquel apartamento.

— Solo responde.

— Estoy entre la espada y la pared — habló la mujer — no puedo romper una promesa, así que si se entera tu padre que te devolví un recuerdo, ten por seguro que desaparezco — el chico suspiró frustrado.

— Bien, prometeme algo madre — la mujer lo vio nuevamente confundida — no le mentiras a tu hijo, puedes ser la esposa de Satanás, pero sigues siendo un Ángel madre y te lo pido por favor.

— Minho...

— No te pediré que me digas la verdad, ya que se que los pactos con mi padre no se rompen, al igual que conmigo y mis pactos.

— Bien Lee Minho — alzó la mano y el nombrado la tomo — prometo no mentirte — dicho esto Minho apreto un poco fuerte la mano de su madre haciendo una pequeña marca casi invisible en ella sellando el pacto — ahora hijo ¿Qué quieres saber?

— ¿Lee tiene a Jisung? — sorprendida la mujer suspiró y asintió, Minho tomó de los hombros a su madre haciéndola mirar hacia arriba para que lo mirase — esto te lo pido como hijo madre, por favor llévame con él.

— Hijo...

— Por favor, ésta angustia me está consumiendo, ya va una semana y sabes que no puedo volver si no Lee se enteraría — mantuvo la mirada en su madre — quiero salvarlo madre, por favor — comenzó a soltar pequeñas lágrimas — no me lo arrebates de nuevo por favor.

•••

Los llantos en la pequeña habitación no cesaban y los demonios que estaban de guardias podían corroborarlo, el pequeño ángel desde que despertó no había parado de llorar, tenía frío, hambre y extrañaba al demonio con el que durmió por última vez.

Nadie, pero absolutamente nadie se resiste al llanto de un ángel, todos en el inframundo lo sabían.

— Qu...quiero ir a..c..casa - dijo con tristeza — M...Minho — el peli rubio se aferraba a lo único que tenía del rojo mientras lo olfateaba.

Había pasado exactamente una semana y el amo le había prohibido a todos los demonios hablar con aquel chico, no debían alimentarlo y no mirarlo a los ojos.

— Señora ¿Qué hace aquí? — preguntó uno de los demonios.

— Vengo a verlo — dijo con la misma voz suave de siempre.

— Disculpe señora mía — dijo el otro — pero no puedo dejarla pasar — la mujer sonrió amable y sacó aquel velo que la caracterizaba haciendo que ambos la vieran a los ojos.

— Dejenme entrar — susurró, hipnotizados ambos abrieron la enorme puerta de aquella habitación, dejó caer su velo y entró en la oscuridad, en la esquina el pequeño Ángel se encontraba abrazándose a si mismo, mientras lloraba, la mujer lo vio sintiendo culpa, aquel chico no merecía todo lo que le pasaba.

Se dio cuenta de que alguien lo miraba y secó sus lágrimas para levantar la vista con miedo.

— S... señora — habló como pudo y quedó atónito cuando vio detrás de ella, Minho estaba justamente tras su madre, viendo en las condiciones que se encontraba el rubio y corrió para tomarlo entre sus brazos.

— Jisungie — dijo en voz baja, el chico se encontraba completamente helado, más pálido que de costumbre y muy delgado, se estaba desvaneciendo, pero sonrió — mierda — sacó su chaqueta y lo cubrió sin soltarlo — escúchame angelito, no cierres los ojos ¿Bueno? estoy aquí — lo pegó más a su pecho y se acercó a su madre, la mujer tomó a su hijo y cerró sus ojos llevándolo nuevamente al mundo mortal.

Al llegar observó como su hijo preparó todo y atendió con mucho cuidado y cariño al peli rubio, quien solo dejaba que Minho lo cuidará, tiempo más tarde se encontraba sentada en la cocina sintiendo por primera vez en muchos años una sensación de tranquilidad, suspiro y con cautela fue a la habitación donde se encontraba Minho junto con Jisung y la escena que vio fue completamente hermosa.

Jisung se encontraba en el pecho de Minho durmiendo tranquilamente mientras este le hacía mimos en el pelo y lo abrazaba protector.

— Hay algo que no entiendo — preguntó en un susurro al darse cuenta de la presencia de su madre — ¿Cómo es que Jisung se ha recuperado por completo en solo horas? — dijo mirando a la mujer.

— Cuando encuentra a su alma gemela tanto el demonio como el Ángel tienen muchos beneficios y uno de ellos es recuperarse de lo que sea que haya pasado con tan solo un toque de tu pareja.

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Who are you? - Minsung // Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora