Capítulo 30: Sirenas.

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Desde lo profundo del Río Caroní se escucha una voz dulce, suave, cálida, parecida a las que cantan en la ópera.

La agradable voz se extiende por toda la Gran Sabana; los animales que estaban nerviosos por la batalla comienzan a calmarse, los destrozos en el tepuy Kukenán son restaurados, y las criaturas que Toya creó desaparecen

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La agradable voz se extiende por toda la Gran Sabana; los animales que estaban nerviosos por la batalla comienzan a calmarse, los destrozos en el tepuy Kukenán son restaurados, y las criaturas que Toya creó desaparecen. Ariana siente algo en su pecho.

Ariana: ¡¡Eidan!! -ve hacia el altar alterada-. Por favor, no te rindas. Sé que puedes hacerlo, confío en ti, todos lo hacemos -sube su aura mientras se pone en posición para meditar.

Dentro del altar, el aura mágica comienza a sentirse en el sitio, Hilda y Eidan se percatan de ella, este último aún mantiene resistencia al hechizo de la bruja.

Dentro del altar, el aura mágica comienza a sentirse en el sitio, Hilda y Eidan se percatan de ella, este último aún mantiene resistencia al hechizo de la bruja

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Hilda: Un aura mágica -ve hacia todos lados sorprendida-. ¿Cómo ha llegado acá? -ve que Eidan cae agotado al suelo, y muy herido-. Duerme bien, muchacho. Goza del sueño eterno -Eidan se está quedando dormido, ya no tiene fuerzas para seguir aplicando su poder, ya que está muy herido.

Cierra sus ojos y ahora se encuentra en un bosque que está casi marchito. El chico ve todo sorprendido, hasta que llega y ve algo que lo aterra, su zorro está en el suelo, desmayado; corre hacia él e intenta ayudarlo. Ve que comienza a desaparecer.

Eidan: No, por favor, quédate -le suplica mientras lo acaricia-. Perdóname, yo nunca debí dejarte de lado, no quería esto -sus lágrimas salen-. Te necesito, si mueres, parte de mí también lo hará -un aura cálida es percibida por su cuerpo, el anillo brilla-. ¡Ariana! -observa el anillo con felicidad, su collar brilla intenso-. Mi collar es la clave, ahora lo entiendo. Encontré mi equilibrio.

Ariana: Eidan, no te rindas. Confiamos en ti, tú puedes pasar esa prueba por más dura que sea. No te rindas -escucha la voz de Ariana en su mente y este sonríe decidido.

Eidan hace brillar su aura junto con su collar. Comienza a cantar una canción de cuna, haciendo que el fuego sea más intenso, pero no agresivo. La canción hace que el zorro suba sus orejas y vea al chico, el elementary toca la frente del animal y este cierra sus ojos dando un ronroneo, el fuego los envuelve a ambos y el animal es absorbido por el cuerpo del Eidan, en su frente aparece un símbolo de un zorro envuelto en llamas.

Los Elegidos: Los Tesoros Mágicos (Libro III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora