Los Elegidos: Los Tesoros Mágicos (Libro III)

Capítulo 47: Saikō Shōgun.

Santuario - Filadelfia (Pensilvania, EE. UU.).

Han pasado cinco días desde que los chicos pelearon contra Inferna, ahora están jugando al monopoly para desestresarse. Rai festeja, porque posee las propiedades más caras y salta de la emoción. Tommo suelta un gruñido, ya que estaba dormido.

Rai: Oye, Tommo, discúlpame, pero es que la adrenalina que siento es mucha —alza su puño.

Mizu: Adrenalina sentí yo al realizar esta fechoría —muestra un paquete de galletas punto rojo.

Eidan: Espera —olfatea la bolsa—. Esas galletas son de Mario, la bolsa tiene su olor —asegura.

Mizu: Corrección, mi querido hermano: ¡ERAN! ¡Ahora, son nuestras! —en eso oyen pisadas, y esconde las galletas en su chaqueta—. Disimulen —juegan, Cederic junto con Niall entran al salón.

Cederic: Dejen el juego. Tenemos que decirles algo —los seis se levantan de la silla para sentarse en un sofá frente a los guías—. ¡Felicitaciones a todos por su gran logro! Tenemos ya cinco tesoros, Elaine debe estar muy orgullosa —todos aplauden—. Ahora, para encontrar el tesoro de los demonios, necesitamos que consigan tres perlas para poder derribar la barrera.

Nasim: Pero Lenalee es mitad demonio, ella podría ayudarnos a derrumbar la barrera —opina.

Niall: Lo hará pero, debido a que es una híbrida, y posee energía sagrada en su cuerpo, su sangre no es lo suficientemente oscura para eliminar la barrera. Con esas gemas es la única forma que tenemos para que Lenalee logré destruirla —les indica—. Esas tres perlas representan la razón por la cual un humano invoca a un demonio: envidia, ira y venganza. Tenemos una que está en Colombia, allá irán a buscarla.

Lance: Perfecto. ¿Y las otras dos? —los ve curioso.

Cederic: Es lo más extraño. Esas gemas desaparecieron del museo donde habían estado guardadas, la verdad es que lo único que pienso es que Duncan esté detrás de esto, pero lo que no encaja es para qué las querrá —se queda pensando un rato.

Niall: Deben tener cuidado, estas perlas poseen el alma de un demonio dentro, son muy peligrosas. Traten de evitar tocarlas con las manos desnudas, usen este guante —les entrega un guante blanco con detalles dorados—. Paoly le hizo un hechizo de protección, no toquen esas perlas sin él —les advierte muy serio, y ellos asienten.

Ilan: ¿Qué podemos hacer si el demonio se sale de control? —ve a los dos guías.

Cederic: Deberán encerrarlo de nuevo. Verán, todas estas perlas han poseído por años los sentimientos más oscuros y perversos logrando obtener una gran energía negativa en su interior, ya que por medio de estas se invocan a los demonios con la intención de hacer daño al otro, más que todo por la irá, envidia, venganza o los secretos oscuros que guardas y harías cualquier cosa para evitar que alguien más lo supiera . En el grimorio que te regalo tu papá hay hechizos para encerralos por si se salen de control —ve a Ilan, y este asiente—. Al portal. Tommo, levántate. Irás con ellos para captar el olor de las perlas —el zorro solo se estira en su cama y les da la espalda—. Qué pereza posee ese cachorro.

Niall: Esperen. Tengan —les entrega seis diamantes de colores marrón, amarillo, naranja, verde, azul y gris—. Como saben, Henry es buen diseñador, por lo que les hizo trajes de pelea. Solo deben activar el diamante usando sus auras —cada uno agarra el suyo según el color que le corresponde—. Aunque tú ya sabías —ve burlón a Mizu—. En estos bolsos tendrán todo lo que necesitan.

Mizu: Claro, mi gatito me cuenta todo, jejeje. La verdad, los diseños que enseño eran demasiado buenos, estoy seguro que serán resistentes —le brillan los ojos al recordar a su pareja, en eso escuchan una voz—. WTF? ¡¡Es Mario!! —Tommo se levanta rápidamente y corre al portal junto con él, todos se ríen. Los demás también entran, cuando pasan todos, el portal se cierra.