Capítulo 10: Bosque Arqueológico

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El gran brillo cesa poco a poco hasta que culmina, nuestros héroes se comienzan a sobar los ojos para acostumbrar su vista nuevamente. Ven a todos lados, pero no ven nada, hasta que Tommo chilla viendo hacia arriba. Observan muy impresionados a un hada muy pequeña, de color blanco, volando por toda la habitación hasta que llega donde ellos.

Eidan: Vaya, una pixie. ¡Qué majestuosa! -admira al diminuto ser que está ante ellos, ella ríe.

-Hola, ¿cómo están? Soy Marión, la pixie de la luz. No pensé que llegaran acá tan rápido, aunque debo admitir que los elegidos siempre sorprenden -se presenta en un tono dulce.

Marión 🔽

Mizu: Un placer, señorita -lleva sus manos hacia ella y esta ríe para estrecharlo-

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Mizu: Un placer, señorita -lleva sus manos hacia ella y esta ríe para estrecharlo-. Disculpa, pero nos puedes decir qué es este lugar. Y la razón por la cual habían esos monstruos acá -le pide.

Marión: Claro, se lo merecen -responde animada-. Este lugar antes era un antiguo castillo de vampiros, luego de una feroz batalla el castillo se vino abajo quedando enterrado; muy pocos sabíamos de su existencia, así que construyeron el Palacio de Bellas Artes arriba para que siguiera así -les explica muy detalladamente-. Los monstruos que estaban acá fueron encerrados por cometer grandes delitos en el mundo mágico, los grandes líderes llegaron a la decisión de encerrarlos acá y obligarlos a proteger la reliquia del vampiro -culmina.

Rai: Pero acá no está ese orbe sagrado. Tengo entendido que no se puede romper; además, no había el campo de fuerza que lo protegería -le responde confundido, los chicos le apoyan.

Marión: Sí, es verdad. Allá voy, jejeje -le habla muy divertida-. En un principio cuando el elegido vino con Aiame y el monje, este fue por muchos años el lugar donde dicho tesoro estaba escondido, pero luego de varios intentos de robo por parte de los vampiros y demás criaturas, decidieron que lo mejor era trasladarlo a otro sitio de esta misma ciudad -los chicos asienten.

Nasim: O sea, ¿que este lugar quedó acá protegido por conjuros para que fuera una especie de trampa o señuelo para los que buscaran el tesoro? -pregunta analizando, a lo que la pixie asiente riéndose-. ¿Y qué papel cumples tú acá?

Marión: A veces debería traer dulces para dar premios -hace que todos se rían-. Sí, lo que dices es verdad. Al hacer esta trampa lograríamos que muchos de los que buscaran el orbe no dieran con él y fueran castigados, yo era el último obstáculo; me encierro en esa esfera por si alguien lograba pasar los demás, yo lo detendría. Nadie lo había logrado, ya que eran vencidos por las trampas o las otras criaturas.

Lance: Un momento, ¿dijiste trampas? -la pixie asiente-. Pero no nos topamos con ninguna.

Marión: Sí, ellos fueron los causantes -señala a Eidan y a Ilan-. Él, al ser un kitsune e iluminar el pasillo con su poder, evitó que los hechizos oscuros de Dimetreus llegaran a ustedes, y él tiene un aura que irradia una pureza majestuosa; nunca iban a llegar a ustedes estando él acá.

Los Elegidos: Los Tesoros Mágicos (Libro III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora