Capítulo 31: La chica del río.

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Santuario - Filadelfia (Pensilvania, EE. UU.).

Han pasado cinco días desde que los chicos volvieron de Venezuela. Duncan no ha vuelto a atacar el bosque. Nasim está teniendo un sueño repetitivo últimamente; llega al mar, solo, y ahí ve a una mujer de espaldas, de cabello cobrizo, sentada sobre una roca, pero lo que más le sorprende es que posee una gran cola de pez color índigo escarchado.

 Nasim está teniendo un sueño repetitivo últimamente; llega al mar, solo, y ahí ve a una mujer de espaldas, de cabello cobrizo, sentada sobre una roca, pero lo que más le sorprende es que posee una gran cola de pez color índigo escarchado

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La mujer está cantando; su voz es relajante, la chica le dice a Nasim: «me encontraste», sin verlo a la cara. El sueño termina de golpe. El chico despierta muy sudado y respirando agitado, se levanta y se va a bañar; sale del baño suspirando.

Nasim: ¿Qué me pasa? Tengo este sueño todas las noches. Esa es la misma voz que escuchamos en los tepuyes -recuerda-. No sé qué será, tal vez deba hablarlo con mis hermanos -se dirige hacia el cuarto de juegos, ya que escucho a Mizu y Rai gritando-. Buenos días -saluda.

Cierra la puerta y pasa. Rai está jugando con Mizu videojuegos, Ilan está leyendo un libro, Lance está hablando por celular. Todos lo saludan con una gran sonrisa.

Nasim: ¿Eidan? -pregunta al no ver a su hermano.

Mizu: Está corriendo con Tommo -le explica sin quitar la vista de la pantalla-. Síí. ¡Oh, yeah, soy el puto amo de los videojuegos! -se tira del sofá, cayendo de rodillas al suelo y subiendo ambos brazos. En eso tocan a la puerta y Ilan la abre con magia.

Cederic: Qué flojos se han vuelto, ya ni se levantan a abrir las puertas -les reclama, ellos se ríen-. Vayan preparándose, que ya es hora de partir a Brasil -todos se levantan estirando los músculos-. ¿Eidan?

Mario: Aquí -entra al cuarto de juegos con el chico detrás de él-. Bueno, acá les tengo bolsas de dormir, repelente de mosquitos, comida, y esta ropa especial para la ocasión -les muestra unas chaquetas sin manga, con botas, shorts hasta la rodilla, sombreros y musculosas grises.

Lance: ¡Volveré a Brasil después de tanto tiempo! -sus ojos se iluminan-. Debo arreglar asuntos pendientes -habla muy serio y sus hermanos comprenden a lo que se refiere-. ¿Cuál es el orbe esta vez? ¿Y por qué nos vistes como si fuéramos a ir a la selva? -le pregunta curioso.

Cederic: El orbe es el de los hombres lobo. Y parece ser que un grupo de humanos descubrieron que parte de las montañas de la selva amazónica estaba congelada, y estamos seguros que es por el orbe sagrado. Irán a la ciudad de Manaos, allá los estarán esperando para contarles los detalles -los chicos asienten-. ¿Dónde están Ronald y Tommo?

Mario: El mangazo de Ronald ni se había levantado; pero descuida, lo desperté con mis trucos profesionales, así que ya debe estar por llegar. Y sobre la bestia peluda, fastidiosa y odiosa, ni idea.

Eidan: Sabes que tenemos los oídos sensibles a ruidos fuertes, un día nos vas a reventar los tímpanos. Y a Tommo no lo llames así -le reclama-. Las chicas lo están bañando, ya que se ensució con lodo mientras corríamos por el patio del santuario -explica.

Los Elegidos: Los Tesoros Mágicos (Libro III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora