— Lilith — di un puñetazo en el escritorio enojado.
Tomé mi saco y salí corriendo a casa, una vez que aparqué el auto habían carros de bomberos y ambulancia fuera del edificio, todo el personal estaba fuera y los bomberos dentro, haciendo su trabajo. Corrí adentro en busca de Lilith y la señora Cho pero me detuvo el asistente Bi y el secretario Kim.
— Déjenme ir — grité — que me suelten — ordené enojado.
Una vez que logré soltar sus agarres vi a dos bombers cargando a dos personas, los paramédicos corrieron con las camillas y las depositaron ahí.
— La señora murió — informó el paramédico.
Mi corazón se disparó y el exceso de cortisol se apoderó de mi, la mujer que hizo de madre para mí, todo este tiempo está muerta, la que me conoce y sabe todos mis secretos, la señora Cho murió.
— Un terrible incendio se desató en el apartamento del CEO Vicenzo Cassano, muy similar al ocurrido aquí mismo hace siete años atrás…
Vi a los reporteros grabando por todos lados.
— La chica está bien, la llevaremos al hospital para asegurarnos! — la subieron a la ambulancia y la llevaron al hospital de la compañía.
Los seguí en el auto desesperado, no puedo perder a Lilith, es la mujer de mi vida. Todo esto me recuerda a Shin y el señor Choi.
— Que diablos hacen? Por qué no van al hospital? — repliqué al ver que la ambulancia tomaba otra ruta.
Aceleré el auto hasta que me acerque a ellos un poco más. Me percaté de que otro auto me perseguía, un hombre con gorra y mascarilla se asomó por la ventanilla y disparó a las llantas del auto, perdí el control de este y choqué contra un poste. Salí del auto un poco aturdido viendo casi doble y llamé a Kim.
— Secuestraron a Lilith — susurré sin fuerza.
— Señor Vicenzo — gritó Kim al otro lado del teléfono — Señor Vicenzo dígame donde está — preguntó alterado.
El teléfono se calló de mis manos y seguido me desmayé.
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Cuando abrí los ojos vi un techo blanco, miré a mis alrededores y estaba en una sala de recuperación, me senté y el dolor de cabeza me llevó a darme un apretón en esta, la cabeza estaba vendada estilo una cinta de pelo.
— Despertó! — entró el secretario Kim.
— Tenemos que irnos — hice el intento de bajar — hay que encontrar a Lilith — dolieron mis costillas y me quejé.
— Oye oye oye — corrió a mi — espera un momento, Lilith estará bien, los detectives de la empresa ya están investigando para encontrarla, además — hizo una pausa preocupado — recibimos una nota de rescate, te quieren a ti a cambio de ella — informó.
— Dieron una dirección? — pregunté
— Está en el viejo almacén de trigo en las afuera de la ciudad — respondió.
— Ordena que los detectives paren la investigación ya — les daré lo que quieren — me paré bruscamente de la cama y todo dolido intenté salir.
— Qué se cree que está haciendo? — gritó el secretario mientras me agarraba. Nunca antes me había desafiado — Perdí al señor Choi, perdí a tu madre, perdí a la señorita Shin, no te perderé a ti también — vociferó.
— No le permitan salir! — dijo a unos guardias que habían en la entrada — si es necesario golpearlo para que se esté quieto… háganlo — me miró desde allá con el ceño fruncido y con una mirada desafiante se fue.
— Aaaaaaaaaa maldición — grité y tiré el búcaro de la mesita de noche
Tomé el móvil y realice una llamada
— Necesito que vengas al hospital, trae todos los documentos de las acciones y firmas de la compañía y todas mi propiedades — ordené a mi abogado.
O.P.V
Abrí los ojos y estaba en una gigantesca cápsula de cristal estilo una pequeña sala de recuperación, en el centro de una habitación enorme y completamente vacía, toda la iluminación se concentraba solo en mi posición, miré a mi alrededor y no vi a nadie. Yo estaba totalmente bien, sin quemaduras, sin ataduras, a excepción de los sueros que no se porqué razón los tengo puesto y una vata de hospital. Fuera de la cápsula de cristal, vi una mesita de noche al aldo del único sofá que había dentro de la habitación, allí había un teléfono fijo, me quité todos los sueros y me dirigí allí.
~FlashBack~
— Nadie puede saber que está aquí — escuché una voz
Abrí los ojos lentamente y sin poder, todo nublado y confuso vi el rostro de un hombre que me parecía conocido, luego me volví a desmayar.
~Fin~
Es lo único que recuerdo después de recuperar el conocimiento y volverlo a perder. Tomé el teléfono y marqué al móvil de Vicenzo, nadie respondió hasta el segundo intento.
— Quién es? — preguntó.
— A quién llamas? — me volteé y vi a ¿Stevens?
Dejé caer el teléfono confundida
— Tú? Pero…por qué? — me mostré confundida.
— Vicenzo tiene que pagar por lo que hizo — respondió colgando el teléfono — El mató a Shin, la mujer de mi vida, estaba a punto de proponerle compromiso cuando el la mató — contó.
— También mató a mi padre — entró Yina y a su paso cerró la puerta — mató al hombre que le dio una vida de millonario, mantuvo a su madre tres mese más a su lado y el en cambio ¿que hizo? Lo mató — lloriqueó.
— Vicenzo nunca haría eso — grité y ella me abofeteó.
— Qué sabes tú? — vociferó — apenas lo conoces. Sabes por qué te ayudé a conquistarlo? — preguntó con sus ojos mojados — porque así el te amaría y cuando te mate a él le dolerá así como me dolió a mí la muerte de mi padre y de mi mejor amiga — se rió con ironía — Ella está bien! Ya puedes llevártela al viejo almacén — dijo a alguien.
Entró un hombre y me agarró.
— Maldito hijo de perra fuiste tú quien me secuestró y el mismo que me atropelló, te vi perfectamente la cara idiota — grité tratando de soltarme
Me arrastró hasta la salida, subimos al ascensor y marcó el piso uno, se sentía como ¿subir? Se supone que debemos estar bajando, el número que marca los pisos se detuvo hasta que llegamos. Miré afuera y si era el primer piso; eso quiere decir que estaba debajo del edificio? No había nadie en el lobby estaba todo desolado, me vendaron los ojos y me subieron a un auto.
O.P.V
Después que recibí la llamada rastree su procedencia, envié unos hombre a inspeccionar el lugar pero no encontraron nada.
— Está seguro de esto? — preguntó el abogado.
— Si me quieren a mi, lo haré, alguien tiene que quedarse con la compañía, y el secretario Kim es el mejor para esto, lo ha hecho por años, no es nada que lo haga el resto de su vida — comenté.
— El 20% de la acciones a nombre de Yina ya pertenecen a Lilith Bianchi, y el 50 % de tus acciones ya están a nombre del secretario Kim — informó el abogado.
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Me dirigí a la dirección que me dieron para ver la Lilith. Una vez que llegué al viejo almacén me recibió un hombre apuntando con un arma.
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Mi Sr Vicenso Cassano
RomanceLilith Bianchi es una joven que apenas cumple sus 18 años decide viajar para realizar sus sueños, con el apoyo de sus padres viaja a Corea del Sur donde se esforzará al máximo por alcanzar su carrera de robótica y trabajar en la compañía Robot for N...