Cap 17

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— Sabía que ibas a regresar — comentó sonriendo.

— Pues no estabas equivocado — rodé los ojos — si regresé! Pero a buscar lo poco que sobrevivió del incendio, supongo que lo hayas traído aquí! — hice gesto de burla.

Lo empujé y me abrí paso a la casa.

O.P.V

La dejé entrar si esfuerzo alguno, iba a seguirla pero apareció Stevens.

— Por qué estás con ella? — pregunté con recelo.

— Ya se que es normal en ti que hagas enojar a las mujeres, pero ella no es una mujer es una niña — me regañó con exigencia.

— Es una malcriada — repliqué.

— Malcriada y qué? — preguntó relajado como siempre — Quiero que sepas que si tú no le vas a dar el respeto que se merece yo si se lo daré, y después no quiero que vallas a buscarla todo arrepentido, porque la regla es no quitarle la novia a tu mejor amigo pero la condición fue que tu amigo nunca le diera menos de lo que se merece — recordó.

                      ~FlashBack~

Stevens se burló de mi por contarle que mi primera novia acaba de terminar conmigo por no saber besar.

— En serio te dijo eso? — se rió fuertemente hasta llorar.

— No te burles de mi — le di un codazo — fue mi primer beso — gruñí.

Apenas éramos estudiantes de instituto, todo sucedió un año después de llegar a Corea.

— En serio amigo — me miró con ojos llenos de lágrimas risueñas — pongamos una regla — sugirió.

— De que se trata? — pregunté.

— Nunca nos puedes gustar la novia del otro, tú no puedes quitarme a la mía y yo no puedo quitarte la tuya — comentó.

Me parece bien! Pero… — me quedé pensativo — con la única condición de que... si no le das el respeto que mereces te la puedo quitar — sonreí y el me miró con picardía.

                         ~Fin~   

— Tú fuiste quién puso la condición y yo la ejecuto — me dio dos palmadas en el hombro y entró detrás de Bianchi.

— Por favor! No te enamores de ella hasta que deje de amarla — hablé en tono sereno.

— No te demores, no lo aguantaré por mucho tiempo — volteó a verme.

— Ya estoy aquí podemos irnos — apareció Lilith con una mochila e interrumpió nuestra charla.

— Tienes todo? — preguntó Stevens y ella asintió con la cabeza.

Ni siquiera me dedicó una mirada cuando subió al auto, pareciera como si solo dejara una carga atrás.

— Señor señor — salió corriendo el pequeño Jim.

Estiró mi pantalón y lo tomé en brazos para luego verla irse.

— Qué pasa pequeño? — pregunté mirándole.

— Por qué mi robot ya no quiere hablar? — preguntó tirando de la cuerda.

— No te preocupes Jim, iremos a comprar uno nuevo — respondí a lo que el dedicó una sonrisa.

O.P.V

Llegamos a un apartamento en la suite del hotel de la compañía de Stevens.

— En serio me quedaré aquí? — solté la mochila y miré asombrada por todos lados — es muy grande para mí sola — comenté.

Mi Sr Vicenso CassanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora