❤️ Destino (Luckae) ❄️

21

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—Dottore

—¿Vas a chuparmela otra vez?

—¿Qué?, ¡Yo nunca he hecho eso!

—¡JAJAJA!

—Maldito, ¿qué te pasa?

—Más bien, ¿qué te pasa a tí? Te la pasas siguiendome todo el día

—Tsk

—Ya, ¿qué quieres?

—Nuestros sujetos no perdieron el tiempo y ya dejaron descendencia

—Vaya, después de meses cogiendo peor que toros por fin, eh

—Si

—Cierto, ¿cómo va nuestra "espía" ?

—Pobrecita, realmente parece asustada de nosotros... Te dije que obligarla y amenazarla no nos traería nada bueno, ni siquiera es capaz de hablar bien en mi presencia. Lo bueno es que es tan buena con Diluc y Kaeya que ninguno sospecharía nada

—Déjala, cuando regresemos a Mondstadt la asesinaremos... Así no podrá revelar ningún secreto que pueda ponernos en una posición difícil

El peli negro aceptó con la cabeza—Cierto

—¿Si, mi querido pantie?

—Deja de decirme así

—Solo si me chupas la verga

—Nunca haré eso

—Entonces yo no dejaré de llamarte "Pantie"

—Tsk... Cómo sea, ya tenemos un poco de la apariencia de la niña

—Oh, ¿es una niña?

—Se llama "Astrid"

—¿Y bien?

—Es la primer Ragnvindir pelirroja, además de ser ojiazul y ser de tez blanca

—Ya veo... Podremos ponerla con nuestras "reinas"

—¿Y cuando crezca qué haremos?

—O se convierte en un miembro fatui o la matamos, sencillo

—Ya veo... ¿nos vamos ya?

—No, dejemos que disfruten a su pequeña un año... Así ella tendrá la edad suficiente para criarla y ellos estarán destrozados

—Que aburrido será esperar un año entero

—Pero cuando ataquemos la ciudad vamos a tener horas de diversión ilimitada

El peli blanco se acercó a su compañero demasiado, solo estaba cuidado no picarle un ojo con su máscara, incluso sentía sus respiraciones mezclarse.

—Eres demasiado retorcido

—¿Qué acaso no lo estás tú también?

—¡Ja! Claro... Cierto, el sujeto número IV volvió a recuperar el conocimiento

—Espero que mi experimento funcione
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—Awww es preciosa, Kae

—¿Verdad?

—Ay, se parece mucho a tí, Diluc... Es muy linda

La peli rosa estaba cargando a Astrid quién la observaba con curiosidad.

—¡Hola!, yo soy la abuela Gaia, princesa~

—Teniendo en cuenta nuestro pasado sería literalmente una princesa...

—¡Yo no miro el pasado, Kaeya! Me distrae del ahora

La mayor comenzó a acariciar la cabeza de la pequeña quién se acurrucó en su pecho.

—Traerla al mundo fue toda una odisea, señora Ga-

—¡Para tí soy "mamá Gaia"!

—Pero, usted es mi sue-

—ay mijo, deja de ser tan terco

—Está bien, lo siento "mamá Gaia"

El moreno se rió de aquello, siempre supo que su madre era muy confianzuda pero nunca se imaginó que lo sería con su propio yerno.

La mayor seguía arrullando a Astrid con suavidad, por fin estaba disfrutando de la familia que alguna vez le fue arrebatada por la guerra.
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El tiempo seguía transcurriendo y llegó el cumpleaños de la pequeña, no había sido una "celebración" puesto que aún era muy chica para una fiesta, pero ese día tanto Kaeya como Diluc se encargaron de llenar de amor y mimos a su hija (como si la niña no estuviera suficientemente mimada ya).

Aunque ninguno de los dos se esperaba lo que iba a pasar ese día.

*POV. KAEYA*

Estaba arrodillado en la sala y Astrid estabafrente a mí a una distancia de un metro, intentaba llamarla pero la pequeña estaba demasiado distraída dándose cuenta de que tenía manos como para hacerme caso.

—¡Ven Astrid!

—¡Wiii!

Astrid comenzó a jugar con sus propias manos, suspiré algo frustrado. Iba a levantarme cuando Diluc llegó a sentarse a mi lado.

—Hola Kae

—Oh, hola Diluc

El menor me besó la mejilla con dulzura, inevitablemente un sonrojo apareció en mi rostro... Ya estábamos casados, habíamos hecho de todo, teníamos una hija y segue dándome pena que me tome la mano o me bese las mejillas.

—¿Qué haces?

—Ah, este... Ví a Astrid intentando caminar sosteniéndose de los sillones, así que quise ver si mínimo venía gateando hacia mí...

—Parece más entretenida jugando con sus manos que intentando aprender a caminar, Kae

—Exactamente...

Diluc se rió de mí y después volteó a ver a la niña.

—Ven Astrid, ven con papá Diluc

Después de como 5 minutos Astrid se levantó e intentó venir caminando hacia nosotros (se cayó a la mitad del camino y se quedó ahí tirada como 2 minutos), así que estiré mis brazos hacia el frente.

—¡Anda ya casi llegas!

En cuánto ella estuvo cerca se dejó caer en mis brazos así que la abracé mientras la sentaba en mis piernas.

—¡Mira Diluc!, ¡lo hizo! Aunque técnicamente solo caminó como un metro, ¡pero lo hizo!

—¡Es verdad, y sin agarrarse de nada!

El pelirrojo se unió a nuestro abrazo se reía en voz baja, parecía que fue ayer cuando Astrid nació y ahora ya estaba aprendiendo a caminar... Nuestra pequeña está creciendo y con ella crecía mi miedo a que algo malo le ocurriese.

Estábamos felices hasta que pasó algo que claramente ni Diluc ni yo nos esperábamos.

—¡Papi!

—¿Eh?

—¿Eh?

—Su primera palabra, Diluc... ¡Me acaba de llamar "papi"!

—¿¡Qué dices!?, ¡me dijo "papi" a mí!

—Claro que no, ¡fue a mí!

—¡A mí!

—¡A mí!

—¡A mí!

Nunca pensé que terminaría peleando con Diluc por saber a quién llamó "papi"...

Pero bueno, son cosas que a veces pasan, lo importante es que Astrid está comenzando a crecer, ¿no?
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