❤️ Destino (Luckae) ❄️

22

—Diluc, no quiero dejar sola a Astrid

—Kaeya, literalmente te están llamando de emergencia en la sede de los Caballeros y aunque yo ya no soy uno Jean también me quiere a mí ahí

—¡Pero Diluc!-

—¿Te sentirías más tranquilo si la dejamos al cuidado de Romero y Adelinde?

—Un poco, si...

El moreno junto a su esposo tuvieron que salir de emergencia esa misma noche, Jean afirmaba haber visto fatui en la ciudad y conociendo a ese grupo, el hecho de que estuviesen en la ciudad no significaba nada bueno.

Para su buena suerte, Aether y Paimon se habían enterado del desastre así que regresaron de Liyue para ayudar a la primer nación que los acogió durante su aventura.
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Un clon de cierto doctor desquiciado acababa de colarse al viñedo por una ventana, haciendo la menor cantidad de ruido posible y se dirigió a la que su "espía" le había dicho que era la habitación de la niña.

—Aw, eres preciosa~

Dijo para luego tomar a la bebé entre sus brazos quién estaba dormida, pero no contaba con que alguien estaría detrás de él.

—Vaya, no sabía que tenía compañía

—P-Pues la t-tienes

—¿Cómo te llamas, lindura?

—R-Romero

La criada estaba apuntando al de máscara con un cuchillo de cocina, ella ni siquiera tenía la menor idea de como pelear o como apuñalar a alguien, además de que estaba temblando como maraca por el miedo del momento... Pero no pensaba dejar que se llevara a la niña sin mínimo intentar detenerlo.

—Ay, mi vida... Deja ese cuchillo ahí, sé una buena chica

—T-Tú deja a la niña en la cuna de nuevo

—¿Y si no qué harás?, ¿vas a matarme? Ni siquiera puedes empuñar el cuchillo sin temblar peor que chihuahua recién bañado

El de orbes carmesí no consideró a la criada como una amenaza así solamente se dió la vuelta para intentar marcharse, pero la chica se abalanzó sobre él para intentar apuñalarlo.

—Cómo fastidias...

Se quejó para luego darse la vuelta y de un movimiento ágil le arrebató el cuchillo y la apuñaló con él.

—Admito que fuiste valiente al intentar enfrentarte a mí... Pero a la vez fuiste demasiado tonta

El ruido había despertado a Astrid quién al ver que no la estaba cargando ninguno de sus padres y a la criada tirada en el suelo sangrando se asustó mucho, y como cualquier otro bebé asustado comenzó a llorar.

—¡¡PAPI!!

—Shh, cállate, yo soy "tu papi"

El de orbes rojas abrió la ventana e intentó escapar por ella pero una piedra de buen tamaño chocó con su espalda, cuando se dió la vuelta vió a Adelinde quién con una mano sostenía una escoba y con la otra le acababa de lanzar la piedra.

—¿¡De dónde mierda salen tantas!?, además, ¿¡de dónde putas sacaste una piedra!?

—Del jardín

—Fácilmente podría irme, pero no debo dejar testigos... A menos que—sacó una aguja y la acercó al cuello de la niña quién inmediatamente dejó de llorar a causa del miedo—Si me dejas noquearte la dejaré vivir, pero si no lo haces le inyectaré veneno, tú decides, Adelinde~