¿Y si Jon no fuera el último Targaryen?
Habían pasado dieciséis años desde la batalla en Desembarco del Rey, pero nada había cambiado, la cuidad continuaba en ruinas las personas seguían muriendo o huyendo a Essos debido al régimen de Bran el roto...
CAPÍTULO OCHO : LA PÓXIMA VEZ QUE ME LEVANTES UNA MANO SERÁ LA ÚLTIMA VEZ QUE TENGAS MANOS
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La cabeza de Daenyra dolía como si se hubiese golpeado con cientos de piedras al caer de una colina , eso unido al movimiento irregular del lugar donde se encontraba le tenían el estómago totalmente revuelto , esas fueron las primeras sensaciones que sintió al volver de la inconsciencia.
La cabeza a punto de estallar y el estómago queriendo escapar de su cuerpo , como cuando despertaba en el bosque tras haberse escapado con un barril de vino del puerto de Asshai.
Pero no estaba en Asshai, ni había tomado vino.
Sus ojos se abrieron al instante y a una velocidad que solo la aturdido más se sentó, confundida miró su alrededor mientras trataba de poner sus pensamientos en orden y sin descartar que estuviera soñando todavía.
Notó que estaba en una especie de cajón de madera encadenada al suelo por las piernas y con unas enormes esposas de metal grueso y oxidado sujetándole las manos, pesaba tanto que intentar levantarlas era una tarea demasiado complicada .
Daenyra usualmente no perdía la calma con facilidad, se ordenó mantener la mente fría , había estado antes en situaciones de aprieto y había conseguido salir libre y sin rasguños, sus labios no estaban sellados por lo que podría gritar , pero no conocía su hubicación, y en caso de que nadie además de su raptor la pudiese escuchar solo empeoraría su situación.
Una pequeña rendija por la que se colaba la luz solar llamó su atención y deslizándose como pudo se acercó a ella para tratar de ver algo.
Estaba en una carreta , vio sentado al frente guiando a un caballo a una persona encapuchada , lo otro que pudo ver apenas antes de que un movimiento brusco la lanzara contra una de las paredes de madera fue un bosque , uno muy tupido y húmedo, si escapara probablemente podría ocultarse en el. El problema era que no había forma de hacerlo.
La carroza se detuvo bruscamente haciendo que la chica volviera a chocar contra una de las paredes. Daenyra suspiró con fuerzas antes de acercarse nuevamente a la rendija. Vio a la persona bajarse aumentando su campo de visión.
Un mar , un mar helado. Era lo que tenía al frente.
Fuera quien fuera el que la había secuestrado se la estaba llevando de Winterfell y de su padre, ese pensamiento solo la enfureció más, no iba a permitir que nadie la apartara de él, no ahora que por fin estaba sintiendo el calor de la protección de la familia.
