Hay distintos placeres en la vida, y Harry conoce casi todos.
Su placer favorito hasta el momento es la calma. Se sume a ese deleite cuando toma un largo baño y usa su crema corporal. También cuando lee un libro envuelto en la gran frazada de su cama por la noche. Cuando cena con su familia en navidad, cuando parten su pastel de cumpleaños.
Solo que ninguna sensación se iguala a la de ser besado.
Es... es mágico. A diferencia de la dinamita, algo explota pero no destruye a su alrededor. En cambio, su corazón se calienta y podría derretirse ahí mismo, entre los brazos de Louis. Louis.
Oh, Louis lo sostiene. Y sus labios están fríos, suaves; Harry suspira de placer. Tanto placer que se posa en su estómago. Entonces no importa si se cae. Louis, él lo sostiene.
Cuando se da cuenta, está jadeando mientras sus ojos desenfocados amenazan con lagrimear, empujándose a sí mismo más cerca de Louis. ¿Es posible que se deshaga con tan poco?
Pero es un gemido de Louis lo que despierta más placer del que puede soportar. Abre los ojos, asustado.
Así que Harry empuja a Louis. Lo empuja y sale corriendo. Como siempre.
* * * * * *
Harry le da otro bocado a su helado; sentado en la cama, triste y solo.
Es viernes, para su desgracia, e ignoró a Louis (se escondió de él) durante los últimos días. Fue malditamente complicado. Estuvo paranoico toda la semana, sintiendo a Louis pisándole los talones.
Sabe que tendrá que enfrentarlo en algún momento, solo no puede ahora. Es muy cobarde para eso. Hoy se encerró en el baño durante el receso solo para evitarlo, así que sí, acaba de cruzar la línea de lo normal.
Ahora, solitario y nostálgico como es en momentos desesperados, solo puede pensar en helado de fresa y su suave cama.
Bueno, está Scarlet, pero no cuenta. Por cierto, le contó todo a su hermana, todo. Quizás debió hacer eso desde el principio, y fue terapéutico; ella solo escuchó en silencio. Hasta que.
—¿No te persiguió?
—No lo dejé hacerlo. Corro muy rápido cuando estoy aterrado.
Espera cualquier reacción de ella (de hecho solo espera a que se burle de él), pero en cambio ve el rostro de su hermana endurecerse.
—No puede ser —dice ella, bufando.
—¿Qué?
—¡Estoy harta de que siempre salgas corriendo!
Él se queda en silencio. Mira su helado. Se está derritiendo.
—¡Harry, vives escondido en este maldito cuarto! ¡¿No te das cuenta de que te estás haciendo daño?!
—Estoy bien escondiéndome de lo que me puede hacer daño.
—¡Harry, no tienes una vida más allá de aquí! ¡Y está esa amiga tuya que es igual a ti! ¡Ambos se privan de la vida real!
Scarlet no entiende, él no puede tener una vida más allá de su habitación. No es capaz de mirar a Louis a los ojos, o a nadie más. Y si estas cuatro paredes lo hacen feliz, ¿por qué es malo? Él se siente tranquilo aquí, ¿no es lo importante?
—Scarlet, ¿no lo ves? Soy yo quien te digo que estoy mejor en este lugar.
—Sí, Harry. Puedes sentir protección aquí, pero no estás mejor. —Se sienta en su cama—. Vives con ansiedad todos los días por lo que pasa afuera, y no entiendes que afuera nada va a cambiar solo porque llores y te lamentes. Uno llora y sale de nuevo, porque así es como superamos los miedos. Y si tú no lo haces, ¿qué crees, que estás mejor? ¿De qué forma?
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The Rosebud Blush is Charming the Season [L.S]
FanfictionHarry se esconde en la belleza de su imaginación y de su habitación para evitar el mundo real, donde los chicos son crueles y nadie le presta atención. ¿Qué pasará cuando Louis lea su secretos? O donde Harry es un tímido adolescente que escribe a es...