La primera semana de clases resultó ser mejor de lo que imaginé. Al iniciar las clases en este nuevo colegio, había decidido solo enfocarme en estudiar y no entablar amistades con nadie. Sin embargo, Maca tiró mis planes a la basura. Es una persona agradable y risueña que me era imposible ignorar. Ella simplemente me ofreció su amistad y no tuve corazón de rechazarla, ni a ella ni a Demian. Aunque es un poco complicado con él, esta semana entendí que él es una persona de pocas palabras, no habla con nadie salvo Maca. A mí apenas me dirige la palabra y solo cuando yo le preguntaba algo.
No había vuelto a suceder otro incidente como el de mi segundo día de clase, nadie se había metido con Maca. Eso sí, llegué a escuchar comentarios de Raquel:
"Ahora Maca tiene dos guardaespaldas",
"Maca no puede defenderse sola",
"Nadine es demasiado genial para perder el tiempo con esos dos"
Ese odio que Raquel profesa hacia Maca son celos. Está completamente enamorada de Demian, y el hecho de que Demian solo tolere a Maca empeora las cosas. En algunas ocasiones he atrapado a Raquel mirándolo con cara soñadora, casi como si le salieran corazones alrededor de su cabeza. Debo admitir que toda esta situación me resulta muy divertida, y es aún más gracioso cuando descubres que Demian no parece ver a Maca como algo más que una amiga, y ella tiene novio. Sin duda, me voy a divertir mucho.
La relación de amistad entre ellos dos comenzó cuando ella fue transferida en primer año, justo a mitad de curso, pero no me contó las razones de su traslado. Al principio, ella fue ignorada y parecía ser invisible, lo cual a ella le parecía bien. Las cosas cambiaron cuando la emparejaron con él para un trabajo, congeniaron y surgió una bonita amistad, pero a partir de ahí las cosas empezaron a ponerse feas. Ser la única persona que lograba sacarle palabras a Demian y convivir con él empezó a ponerla en el radar de Raquel y sus amigos, quienes comenzaron a hacer comentarios despectivos y agresiones "leves". Por supuesto, Demian la defendía en todo momento, lo que provocaba que se ensañaran más con ella.
Toda esa información me hizo admirarlo aún más y aumentar mi interés por él.
—Por favor, Richard, no permitas que Nadine tenga que presentarse —Me detengo en seco al escuchar mi nombre, me acerco sigilosamente a la gran puerta de madera del estudio de mi madre y pego mi oreja para escuchar mejor. Mi madre se queda en silencio unos segundos, para después suspirar —Nadine ya lo ha pasado bastante mal, no le hará nada bien afrontar lo mismo, cariño. Por eso nos hemos mudado de Corea, para mantenerla alejada de toda esa mierda —Giro con cuidado el pomo y lo empujo lo suficiente para ver a mi madre, quien me da la espalda ajena a que estoy escuchando la conversación que tiene con mi padre por teléfono. Decido que ya he escuchado lo suficiente, cierro con cuidado y salgo de casa. Escuchar la conversación no me traerá nada bueno cuando sé exactamente de qué se trata todo.
Necesito despejar mi mente y tomar un poco de aire.
Había escuchado de mi madre que cerca de casa hay una plaza comercial, así que decido ir. Un café no sonaba tan mal, siempre ha calmado mis nervios y ahora mis nervios están sobrepasándome. Me detengo en seco recordando que no traigo conmigo mi cartera, busco en las bolsas delanteras de mi sudadera y saco mi celular. Tiendo a meter mi tarjeta y efectivo en la carcasa, la quito y, en efecto, veinte dólares y la tarjeta de crédito que papá me dio están ahí.
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—Gracias por la compra, que tengas un buen día, bonita —El cajero me entrega el cambio y roza sus dedos con los míos, mis cejas se elevan cuando me guiña y sonríe coquetamente.
—Gracias —Le devuelvo el guiño y coquetamente muerdo mi labio, casi de inmediato me siento ridícula pero lo hecho, hecho está. Él parece sorprendido porque mira a todos lados y sus orejas comienzan a enrojecer de un rojo brillante, se me es imposible no dejar salir una risita coqueta, le digo adiós con mi mano.
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NADINE
Short StorySu cabeza volvió a ver el pavimento que estaba a metros de ella y por unos segundos se sintió tentada por la idea de escapar, de escapar de todo, de ellas, pero había algo que le gritaba en el fondo de su cabeza que bajara de ahí, esa voz gritaba at...