CAPÍTULO 7

304 45 0
                                    

Narrador omnisciente

Una jornada más de trabajo y la última persona saliendo.

- Por fin descansamos, ¿Cuánto hicimos hoy? -- Dijo viendo la cara preocupada de Jang-mi.

-- 2, 500, 000. Nos fue mejor ayer. -- Volvió a decir.

-- Es día de semana, nos va muy bien. -- Comentó Seung. -- Antes vendíamos, aproximadamente 1 000 000 en fines de semana.

-- Pues no podemos volver a esos tiempos, nos quedaríamos cortos y tendríamos que reducir algunos gastos. -- Les dijo Jang-mi.

-- Sae-ro-yi es genial. -- Hablo Geun-soo desviándose del tema.

-- Hoy es el día libre de Hyeon-yi así que cocino todo solo.

-- Sí, es un excelente cocinero.

-- A comer. -- Llamo el antes mencionado.

-- Okay.

Todos estaban sentados en la mesa comiendo de lo preparado por Sae-ro-yi.

-- Cielos, es el mejor estofado de tofu que comí.

Los presentes se deleitaron por la sazón de su jefe.

-- ¿Por qué contratar un cocinero si tú y ella saben cocinar?

-- Mayormente, me encargo de la caja, así que no me metas, no he cocinado aquí. Además Sae-ro-yi y Hyeon-yi tienen historia, respeto eso.

-- Trabajábamos juntos en una fábrica.

-- No lo sabía. -- Dijo Seung.

-- ¿Por qué lo contrataste de cocinero si nunca trabajo en una cocina?

-- Porque me gusto mucho el almuerzo que me preparo una vez.

-- Estúpida razón, pero tierna. -- Pensó Jang-mi mientras seguía comiendo, prefería no meterse en la discusión.

-- Coman y vayan a casa, yo me encargo del resto.

-- ¿En serio?

-- Sí.

-- Ya puedes irte, los otros ya lo hicieron.

-- A no ser que me corras, seguiré acompañándote.

-- ¿Por qué siempre quieres quedarte conmigo?

-- Digamos que estoy cansada de que solo tú vivas la parte difícil, no dormir, desmayarse del cansancio.

-- Estoy bien con eso.

-- Pero yo no, algo me dice que has vivido más cosas difíciles de las que me contaste por poder levantar esto aun siendo tan pequeño, es el sueño de los dos y aun así eres el único que se quebraba la espalda levantando los cimientos, de ahora en adelante te ayudaré.

-- Así que ahora es un sueño.

-- ¿Qué? Más bien, quise decir.

Sae-ro-yi se acercó a ella, Jang-mi estaba nerviosa por alguna razón, sentía su corazón palpitar tan fuerte que rogaba porque no se escuchará, su mirada estaba clavada en esos ojos que parecían desolados, se perdió un momento en sus pensamientos hasta que sintió una mano tocar su cabeza con delicadeza.

-- Sí que has crecido, ya no eres esa niña que conocí.

-- ¿Eso es bueno o malo?

-- Bueno, entiendo que tú también tienes la necesidad de acabar con Jang Dae-hee, pero odiaría que te perdieras en esa sed de venganza.

Itaewon ClassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora