Prólogo

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El sol irradiaba, el viento batia su cabellera rojiza como el fuego mientras que en los árboles, los pájaros cantaban una dulce y placentera melodía. Y lo notó, al cabalgar y sentir esa brisa que cada vez aumentaba la fuerza con la que golpeaba contra su ser, las hojas que crugían con cada pisada y que revoloteaban por el aire. Cerró sus ojos, y todo lo que hizo fue sentir, indiferente a todo lo que ocurria a su alrededor, percibiendo esa sensación que la colmaba de pies a cabeza, y que la hacía querer soltar las riendas y volar, esa que nadie podría quitársela, porque era solo de ella. Eso era lo que la hacía tan dichosa de ver la vida con unos ojos vivos, deseosos por conocer lo que vendrá, y radiantes por existir. Porque la vida, tenía mucho sentido para ella, porque la misma esta llena de infinitas oportunidades, comprendia que es uno el que empuña la pluma de su historia y el que decide su camino, pero solo ella podía ver el sentido de la vida con esos ojos, porque solo ella conocía el secreto para sentirse vivos, porque solo ella podía sentir la libertad, y era eso lo que la hacía vivir.

"𝓜𝓲 𝓐𝓷𝓷𝓮 𝓬𝓸𝓷 𝓾𝓷𝓪 𝓔 "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora