Capítulo II

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Anne

Hay tanto por descubrir en este mundo tan amplio que mi imaginación no abarca todo lo que nos ofrece. Una vida llena de oportunidades, viviendo rodeada de las personas a las que más amo, compartiendo mis más emocionantes aventuras y desafortunadas desventuras. No puedo más que agradecer al cielo y las estrellas, al lago de aguas relucientes y a la reina de las nieves, a Matthew y Marilla Cuthbert por aceptarme en sus vidas, pero sobre todo, agradecer plenamente a Green Gables por abrirme las puertas de la vida.
¿No es emocionante todo lo que el mundo nos ofrece? La vida no alcanza para descubrirlo, pero estoy segura de que con las aventuras que me deparará, tendré tiempo para averiguarlo, o al menos lo más que pueda, no por nada soy la novia de la aventura.
Green gables es mi hogar, los Cuthbert son mi familia, y tuve la fortuna de llenarme de pocas pero grandes amistades a lo largo de mi nueva vida.
Los prados a esta hora del crepúsculo son sencillamente magníficos, colores como anaranjado y amarillo, inundan el cielo que ahora se ve como si estuviera descansando, luego de un día de arduo trabajo, cerrandonos la vista de los brillantes rayos del sol y brindandonos ahora una mezcla de colores, como una acuarela luego de ser usada. Veo los prados, llenos de verde y exquisitas flores de múltiples colores los bordean. Allí está, un caballero alto de cabello color azabache, ojos grandes y marrones investigas su alrededor y con sus botas recorre el camino que llega a Green gables, acabando por terminar frente a mí su más encantadora y dulce sonrisa. No puedo sentirme más plena.

"𝓜𝓲 𝓐𝓷𝓷𝓮 𝓬𝓸𝓷 𝓾𝓷𝓪 𝓔 "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora