Capítulo VIII

92 4 1
                                    

Cordelia creía estar segura de que, las señales que le mandaba el destino, eran ciertas, pero debía de estar completamente convencida de ello y decidió ir a un último lugar, antes de dar rienda suelta al amor que abundaba dentro de su ser.
El lago de las aguas relucientes a esta hora del crepúsculo se veía magnífico. Cordelia sin saber a donde ir ni con quien hablar, decidió ir allí, para ver si podía darle una respuesta. Definitivamente, ese era uno de sus lugares favoritos. Los campos que bordean a su alrededor, al igual que las flores blancas como la nieve, y los inmensos árboles, que ondeando sus hojas al compás del viento hacian en su totalidad, un paisaje digno de ser admirado. Cordelia al llegar, se acercó al lago de aguas relucientes, y miró su reflejo, aguardando que este le brindara en algún momento la respuesta de los deseos de su corazón. Esperó un momento, anhelando fervientemente con todas sus fuerzas que le mostrara quién era el único capaz de abrir su corazón definitivamente. Estuvo un tiempo admirando únicamente su imagen, y ya cuando creyó que no le mostraría nada más que eso, de repente, vió en el reflejo junto a ella al mismo caballero que se le aparecía en cada uno de esos momentos. Estaba claro, que sin dudas él estaba hecho para ella, y ella para él, fundando entre ellos un amor eterno. Esos ojos, esos mismos ojos que la miraban de ese modo desde hacía tanto tiempo, guardaban un secreto, el secreto del amor incondicional. Ese amor que, a pesar de ser aceptado, rechazado o incluso aguardado, esperando impacientemente la gran respuesta, siempre iba a estar ahí, porque era de verdad, y el amor entre ellos iba a estar siempre, pase lo que pase.
Y Cordelia lo pudo ver, la niebla en la que estaba sumida, se disipó, el laberinto en el que se encontraba perdida y desorientada, desapareció, y en el lago de las aguas relucientes, el reflejo del caballero Gilbert Blythe aguardaba, a la espera de que su bella doncella lo acompañara, y firmaran juntos el acuerdo de la promesa de un amor eterno.

"𝓜𝓲 𝓐𝓷𝓷𝓮 𝓬𝓸𝓷 𝓾𝓷𝓪 𝓔 "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora