Lucas se ofreció a llevarme a donde me dijo el hombre que tiene mi computadora. Iba a pedirle a mi papá que me acompañara, pero supuse que estaría muy ocupado con la fiesta de Minerva. Decido aceptar la oferta de Lucas. Tardamos mucho en llegar y no parece ser el lugar indicado.
¡No puede ser! Lucas revisa su GPS pero los mapas no están actualizados. Tampoco puedo llamar, porque el número era privado. ¿Qué voy a hacer? ¡No hay tiempo de hacer otro trabajo!
De repente Lucas me toma la mano y me mira.
—¿Me vas a dejar que te ayude? —como me siento incómoda retiro la mano—. Vamos, quiero saber la verdad —me levanta la cara con un dedo para poder mirarlo a los ojos—. ¿Qué te pasa conmigo Brisa?
—Nada, Lucas —titubeo al contestar—. Gracias por acompañarme. Pero, seguimos dando vueltas, tampoco vamos a llegar a la fiesta de Minerva.
–Creí que ya no tendrías ganas de ir, con todo lo que pasó.
—No tengo —le digo sinceramente—, pero quedé en verme ahí con Abril y Mike.
—Ah, claro, Mike —dice Lucas, serio.
—Tampoco creo que le vaya dar mucho gusto a Minerva que llegues tarde.
—No me importa lo que piense Minerva —me contesta y me mira intensamente—. Pero creo que a ti si te importa lo que piense Mike.
—¡Pues claro! Es mi mejor amigo —le digo—. Yo no quiero lastimarlo...
—¿Eso quiere decir que ya no son novios? —me pregunta Lucas, mientras sonríe de nuevo.
Veo la hora y me llevo las manos a la cabeza. ¡No les avise a mis papás que venía a buscar la computadora! Seguro que están superpreocupados. Se lo digo a Lucas y corremos al coche.
Cuándo llegamos a la mansión, ya es de noche. Entramos a la cocina. Se oye la música de la sala. Intento ir a cambiarme, pero Lucas me dice que estoy muy linda así y me toma de la mano.
—¿Dónde estaban? —pregunta mi mamá y Minerva al mismo tiempo. Después entra Mike, nos mira fijamente.
Intento explícale a mi mamá lo de la computadora, pero no me deja. Me mira seria y dice que luego hablaremos. Ahora estoy ocupada pero sé que vendrá un merecido regaño. Minerva se lleva a Lucas de la mano, para que la vea cantar con sus amigas. Mike y yo nos quedamos en la cocina. Y un silencio en cómo se instala entre nosotros.
—Así que tú y Lucas... —dice finalmente.
Intento explicarle pero él comienza a hablar y yo sólo lo miro tratando de entender lo que siento.
—Brisa, tranquila. No tienes que darme explicaciones. La razón por la que decidí separarnos es que quiero dejarte el camino libre a tu corazón. ¡Vuela alto Brisa! Te lo mereces... —yo lo miro sin saber qué decir—. ¡Tú y yo somos amigos y nada va a cambiar eso! —me aclara pero con una mirada triste—. Yo estoy muy bien y quiero que tú estés muy bien también.
—¡Gracias Mike! —lo abrazo sinceramente.
Salimos a ver a las chicas cantar. Sin duda Minerva es muy talentosa, su presentación es excelente y anima a toda la fiesta. Flor y Delfina también lo hacen muy bien. Minerva invita a Mike a cantar. La idea inicial era que la banda se presentara, pero por alguna razón Lio y Gastón no están. Por eso, mi amigo sube al escenario, improvisando. Y comienza a interpretar un tema súper romántico.
Los invitados comienzan a bailar en pareja. Lucas me invita a bailar con una seña de la cabeza. Yo lo sigo. Me mira fijamente y mi estómago se hace chiquito. No puedo negar lo que siento cuando estamos juntos, aunque no sé bien qué es. La canción se acaba, pero Lucas no me suelta. Seguimos bailando al ritmo de una canción inexistente. Varios pasan corriendo hacia la zona de servicio. De pronto, Lucas me muestra en su celular el último post de Deborah, parece que está en la mansión y todos quieren verla.
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Amor sobre ruedas
RomantizmPatinaje sobre ruedas, sueños, estudios, amistades y amores forman parte de la vida de Brisa desde que llegó a Estados Unidos y así lograr tener una mejor oportunidad. Se acerca la Competencia Intercontinental de Patinaje junto con su equipo "The R...