A pesar del sinfín de deberes que les habían puesto a los de cuarto para Navidad, a Alice no le apetecía ponerse a trabajar al final del trimestre, pero debido a lo intensas que lograban a ser Cornelia y Diana, había tocado entrenar en plena nieve, aunque había que entrenar a Maxen para el papel de buscador, ya que había insistido tanto en formar parte, le había dejado el papel.
Aunque para su sorpresa, encontraba a Maxen con completa disposición para aprender, y tomar notas de lo que le iba enseñando, al final del día, se encontraban pasando tanto tiempo juntos, sobre las jugadas de quidditch, inclusive como las peleas de Diana y Cornelia, llevaban una gran parte del entrenamiento.
Lograba estar disfrutando la primera semana con sus amigos, aunque, algunas personas no se lo hacían fácil, después de todo, tuvo una gran disposición, para invitar a Bradley, para jugar con ellos, pero ahora, concurria con él, para trazar jugadas.
La torre de Gryffindor seguía casi tan llena como durante el trimestre, y parecía más pequeña, porque sus ocupantes armaban mucho más jaleo aquellos días. Fred y George habían cosechado un gran éxito con sus galletas de canarios, y durante los dos primeros días de vacaciones la gente iba dejando plumas por todas partes. No tuvo que pasar mucho tiempo, sin embargo, para que los de Gryffindor aprendieran a tratar con muchísima cautela cualquier cosa de comer que les ofrecieran los demás, por si había una galleta de canarios oculta, y George le confesó a Alice que estaban desarrollando un nuevo invento.
En aquel momento nevaba copiosamente en el castillo y sus alrededores. El carruaje de Beauxbatons, de color azul claro, parecía una calabaza enorme, helada y cubierta de escarcha, junto a la cabaña de Hagrid, que a su lado era como una casita de chocolate con azúcar glasé por encima, en tanto que el barco de Durmstrang tenía las portillas heladas y los mástiles cubiertos de escarcha. Abajo, en las cocinas, los elfos domésticos se superaban a sí mismos con guisos calientes y sabrosos, y postres muy ricos. La única que encontraba algo de lo cual quejarse era Fleur Delacour.
—Toda esta comida de «Hogwag» es demasiado pesada —la oyeron decir una noche en que salían tras ella del Gran Comedor (Ron se ocultaba detrás de Harry, para que Fleur no lo viera)—. ¡No voy a «podeg lusig» la túnica!
—¡Ah, qué tragedia! —se burló Hermione cuando Fleur salía al vestíbulo—. Vaya ínfulas, ¿eh?
—Fleur es una buena persona —intento justificarla—, tan solo tienes que tratarla.
—Es que tu...
—¿Con quién vas a ir al baile, Hermione?
Ron le hacía aquella pregunta en los momentos más inesperados para ver si, al pillarla por sorpresa, conseguía que le contestara. Sin embargo, Hermione no hacía más que mirarlo con el entrecejo fruncido y responder:
—No te lo digo. Te reirías de mí.
—¿Bromeas, Weasley? —dijo Malfoy tras ellos—. ¡No me dirás que ha conseguido pareja para el baile! ¿La sangre sucia de los dientes largos?
Harry y Ron se dieron la vuelta bruscamente, pero Hermione saludó a alguien detrás de Malfoy:
—¡Hola, profesor Moody!
Malfoy palideció y retrocedió de un salto, buscándolo con la mirada, pero Moody estaba todavía sentado a la mesa de los profesores, terminándose el guiso.
—Eres un huroncito nervioso, ¿eh, Malfoy? —dijo Hermione mordazmente, y ella, Alice, Harry y Ron empezaron a subir por la escalinata de mármol riéndose con ganas.
—Hermione —exclamó de repente Ron, sorprendido—, tus dientes...
—¿Qué les pasa?
—Bueno, que son diferentes... Lo acabo de notar.
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Alice y el torneo de los tres magos [AIH#4]
Fiksi PenggemarLibro 1, Libro 2 y Libro 3 en mi perfil. Alice L'Argent, con catorce años de edad, a pasado por experiencias que nadie si quiera se imagina, al igual que nadie se imaginaria, por lo que esta un cuanto lista para enfrentar los típicos problemas que...