¿Cuántas copas llevaba? Se preguntó Anahí mientras le daba el último sorbo al vaso que tenía entre las manos. Llevaban horas en la discoteca y no había tenido la mano vacía desde que había llegado, pero hacía calor y se moría de sed cada poco así que, tenía que beber algo ¿no? Como si lo hubiese invocado, un nuevo vaso, lleno y frío apareció frente a ella.
— Gracias —sonrió al ver que no se trababa diciéndolo.
— Madre mía, Annie —rió una voz masculina a su lado—. No sé si dártela.
— ¿Por qué? —se quejó en seguida— Lo que se da no se quita.Christian volvió a reír con ganas. No había entendido una sola palabra de lo que Anahí había dicho, así que estaba de acuerdo con Dulce en no darla más copas. Pero esta se aferró con fuerza a ella, así que les fue inútil quitársela. Al ver que se salía con la suya, elevó la copa hacía su rostro y sonrió con suficiencia.
— Salud.
Rato después, con la copa medio vacía, miró como Alfonso bailaba, muy de cerca con otra chica que no era ella y bufó enfadada.
— ¿Qué pasa?
— Poncho, es imbécil.
— ¿Por?
— Mírale, bailando con esa cuando podría estar bailando conmigo. Es un imbécil —terminó su copa y se dirigió hacía el frente hasta que Dulce la frenó.
— ¿Dónde vas?
— A bailar, ¿vienes?Dulce asintió en silencio y ambas se dirigieron hacia la pista donde Alfonso estaba bailando con una morena que no conocían. Anahí comenzó a mover su cuerpo de un lado a otro, posando sus manos sobre su cadera, su cintura, su pecho... Y mirando fugazmente a Alfonso para ver si la miraba. Y lo había hecho, unos segundos después, Alfonso había posado su vista en ella, siguiendo los movimientos de su cuerpo y de sus manos, y después había clavado sus ojos en los de ella, mirándola sin pestañear. Anahí sonrió victoriosa y lo miró fijamente de vuelta, como invitándolo a acercarse.
Cuando lo hizo, dejando atrás a la otra, sonrió ampliamente y se giró divertida sin dejar de mirar. Esperaba sentir las manos de Alfonso en su cintura pero en cambio las sintió en su brazo, tirando de ella.
— Se acabó, vámonos.
— ¿Qué?¿Por qué? Yo me lo estoy pasando bien —dijo, haciendo un puchero.
— A mi costa. Estás borracha, nos vamos.
— ¿Te quedarás conmigo?Dulce abrió los ojos sorprendida, no entendía nada de lo que estaba pasando entre Alfonso y ella.
— Vamos —repitió Alfonso, mordiéndose el labio intentando no reír—. Yo la cuido, Dul. Disfruta de la noche.
— Uuuh, cuidarme dice —se carcajeó Anahí dejándose llevar por Alfonso— ¡Adiós, Dul, me voy a...!Alfonso tapó la boca a Anahí antes de que le dijese nada más porque, por la cara que tenía, Dulce no sabía nada de lo que pasaba entre los dos. Pero estaba seguro que no tardaría en enterarse. Anahí lo miró, sin dejar de reír y se apoyó en su pecho para relajarse.
— Poncho... —susurró, tiempo después.
— ¿Sí?
— ¿Te ibas a ir con esa?
— ¿Con quién? —preguntó, riendo. Le costaba entender lo que decía por cómo arrastraba las palabras y se trababa con las sílabas más difíciles. Por lo menos no hablaba rápido.
— Ya sabes con quién. No te hagas, Alfonso Herrera.
— No sabía que querías que me fuese contigo, hasta que empezaste a bailar así...
— ¿Cómo sabes que era para ti? —rió— Que egocéntrico.
— Ya, si —le abrió la puerta del coche—. Anda, entra.
— ¿Dónde me vas a llevar?
— A la cama.
— Ñam —susurró, cuando él ocupó el asiento del conductor—. La tuya está más cerca —ronroneó, poniendo una mano cerca de su entrepierna.
— Annie...
— ¿Sí? —sonrió, inocente.

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Pasión descontrolada
Fiksi Penggemar- Deberíamos seguir su ejemplo. - ¿A qué te refieres? - A acostarnos. Esa noche habían hecho el amor por primera vez y había sido impresionante. Al principio había sido raro porque jamás se habían imaginado que acabarían así. Aunque sus madres siem...