C A P I T U L O 9

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—¿Qué tal?, ¿cómo estás?, ¿qué has hecho?

—Leo, me llamaste el día antes de ayer ¿Qué tanto puede pasar?

—Nunca se sabe, muchas cosas pueden pasar en un día.

—Pensé que ya no querías saber más de mí.

—No en persona, por llamada está bien.

—¿Por eso me llamas casi todos los días?

—Son solo tres días a la semana.

—Llamadas de dos horas ¿Qué clase de trabajo tienes que te permite estar pegado al celular por tanto tiempo?

—Uno que me permite hacerlo, si no fuera así no lo haría. ¿Qué tal te fue en la entrevista?

—Después de que terminó solo me dijeron que esté pendiente a mi correo.

—¿Crees que lo logres?

—No lo se.

—No pareces entusiasmada.

—Es que no lo estoy.

Otra llamada de dos horas. Ya son casi dos meses que empezamos con esto y no es solo él. También esta León, ha estado viniendo a mi casa uno o dos días a la semana. Sé que no tiene sentido, renuncié para no volverlo a ver y aquí estoy, pero ya no es mi jefe, no tengo que respetarlo por obligación ni tampoco tiene el derecho de darme órdenes, así que ya no está mal, en lo absoluto, gracias a él pude conseguir una entrevista para trabajar en un hotel de lujo que es el lugar del que salí hace unos minutos.

Nos complace informarle que ha sido aceptada para el puesto de recepcionista... Mamá yo no apliqué para eso.

—¿Para qué aplicaste?

—Para algún puesto de limpieza.

—El de recepcionista es mejor.

—No estoy segura... Yo quería saber si soy ordenada por que me acostumbraste o porque en realidad me gusta hacerlo, por eso quería intentarlo.

—¿Qué vas a hacer?

—Supongo que decirles que ese no es el puesto para el que apliqué.

—Tu curriculum muestra que eres más adecuada para eso.

—Solo porque está el nombre de la Empresa del Sr. Pairs como una de mis experiencias.

—¿Mentiste en tu curriculum? No trabajaste el tiempo suficiente como para que lo llames experiencia.

—León me dijo que me daba su permiso de hacerlo.

—Pensé que lo odiabas.

—No exactamente odiar, la cosa es que como jefe es desagradable.

—¿Y qué vas a hacer si no aceptan cambiarte de puesto?

—No es el único hotel que existe.

—Porque no solo tratas como recepcionista, los puestos de limpieza son agotadores.

—Físicamente, recepcionista lo será para mi mente.

—Me dices lo que decidas hacer.

—Claro... —Casi me da un mini infarto ver una llamada entrante en mi celular, me calmo al ver bien el nombre.

—Parece que se llevan bien —dice mamá.

—No tan bien.

—Claro.

—¿Qué quieres? —contesto y me pongo de pie.

—¿Por qué no me aceptas una salida para ir a comer?

LOVE & LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora