C A P I T U L O 21

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—Era ella Leo.

—¿Por qué estas tan seguro? No sabes cómo luce ahora.

—Recuerdo cómo se veía, era idéntica.

—¿Y que si era ella?

—No actúes como si no te importa.

—No estoy actuando, no me importa.

Vi a una chica (quien creo es Leah) subirse a un bus hace unas cuantas paradas, Leo dice que no le importa pero sé que también la vio y no se me pasa por alto el hecho de que disminuyó la velocidad y no pierde de vista al bus en cuestión.

Nos detenemos frente a un semáforo tras una larga fila de autos.

—Te dije que teníamos que salir más temprano León.

—Siempre tienes algo de que quejarte.

—No me quejaría si supieras hacer bien las cosas desde un principio.

—Si...

La chica que ha estado siendo nuestro tema de conversación, pasa frente al auto.

—Solo ella cruzaría la calle por donde no debería hacerlo —Leo presiona la bocina haciendo que la muchacha se sobresalte, ella señala en dirección del semáforo en rojo.

—Pude haberte atropellado— dice Leo después de abrir la ventana—era ella León —me dice él que hace unos momentos fingía desinterés.

—No nos reconoció.

—¿Cuándo se fijaba en las personas de su alrededor?

—Fingía no hacerlo.

—No, solo tenía muchas cosas en su cerebro que no le dejaban espacio para lo que sucediera en el mundo exterior.

—Dijiste que no te importaba.

—No me interesa lo que hace ahora, pero no voy a negar que tiene un papel importante en mi vida.

—La extrañas.

—Solo a la Leah que no tenía interés de hacernos caer con sus encantos.

—¿Vas a negar que el...

—No lo voy a negar pero es lo que más me arrepiento de haber hecho.

—¿Crees que no se hubiera ido si no... hacíamos nada?

—Con su mentalidad no podemos saber qué fue lo que le hizo tomar esa decisión.

—¿Cuantas veces has dicho que fue la pelea que tuvo contigo y eso de que no le gustaba mucho los conflictos?

—Era una cobarde.

—¿Ahora la insultas?

—Hablar de ella es lo que menos necesito ahora León.

—Solo una cosa más.

—¿Qué? —noto la molestia en su tono de voz.

—Si ella ha regresado ¿cambiarían las cosas?

—¿Cambiarían en qué?

—Ya sabes... volveríamos a hablar con ella.

—Yo solo quiero preguntarle la razón por la que se fue, nada más. Lo que tú quieras hacer con ella ya es cosa tuya.

—...

¿Lo que yo quiera hacer con Leah? Si, el sexo fue bueno pero mejor que eso ella era la persona que más me agradaba: su sinceridad sin límites, esa especie de aura que me relajaba al instante con tan solo estar en el mismo espacio y hacía que los problemas o preocupaciones se desvanecieran de mi mente. Tal vez era por su forma despreocupada y pacífica de vivir, no lo sé, pero esa mujercita me daba una calma como nunca había experimentado antes o después de ella.

LOVE & LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora