C A P I T U L O 30

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LEAH.

Por muchos años creí que la vida era lo que me lastimaba, odiaba haber nacido, no me gustaba sufrir.

No me gustaba la sensación de querer hacer amigos y no saber cómo, porque me aterraba acercarme a otras personas, pero a la vez veía con asombro el tipo de relaciones que se pueden llegar a tener.

No me agradaba haberme acostumbrado a la soledad a razón de que sentía que mi presencia era una molestia para los demás.

Detestaba esa sensación de inferioridad, de sentir que no pertenezco a otros lugares aparte de mi casa.

Si alguien me preguntara del uno al diez que tanto me gustó mi infancia diría que un cinco, porque reconozco y sé que en el mundo hay miles de niños que no tienen la bendición de dormir cálidos o con el estómago lleno. No creo haber tenido carencias en el ámbito material al menos en lo básico. Camila se aseguró de que mi cama fuera cómoda, que mi comida sea de la mejor calidad, para ella el sueño y la alimentación es lo mejor para la mente, el cuerpo y una buena calidad de vida. Ella no solía comprarme juguetes o golosinas, la mayoría de mi ropa fue comprada en tiendas de segunda mano, razón por la cual hasta ahora me visto con ropa unas cuantas tallas más grandes de la que debería usar.

Cuando dejé de querer tener amigos o alguien a quien acudir cuando no me sentía bien física o mentalmente creí que estaba haciéndome un bien, pero no hace mucho con la terapia descubrí que no, es una especie de mecanismo que mi mente adoptó para enfrentar mis problemas de abandono y falta de confianza en mí y en los demás.

Los humanos necesitamos de otros, está bien estar en soledad, pero no cuando es todo el tiempo, resulta que eso tiene repercusiones grabes en nuestra salud tangible e intangible.

Aun se me complica el generar importancia por la vida de los demás y ser empática, pero en cuanto se trata de Leo y León... No mataría, pero si daría mi vida por ellos, algo que nunca creí decir. Por ellos soy quien soy ahora y orgullosamente puedo decir que soy feliz y que amo mi vida.

Es emocionante levantarse en los brazos cálidos de alguien que me hace sentir amada, respetada, valorada, protegida e importante, Leo me entiende mejor de lo que yo misma lo hago.

Es refrescante actuar como la niña que nunca pude ser y hacer locuras con un cómplice que sigue y crea ideas estúpidas conmigo. León y yo volvemos a ser como niños pequeños cuando nadie nos supervisa (Leo o David).

Perdí a Cami como figura materna, pero ahora en ella tengo una amiga, sus consejos, sus palabras... Me encanta tenerla en mi vida.

Solía creer que la vida era algo con poco sentido que servía para hacer cosas que benefician o perjudican a la sociedad para crear dinero. No, la vida es para vivirla, vivirla en compañía de las personas que te hacen sentir bien, vivirla haciendo las cosas que nos gustan sin hacernos o hacerle daño a alguien más.

La vida no es fea, no es cruel, es mágica, ¿No es raro como poner una semilla en el suelo crea un alimento? ¿Cómo se crean seres vivos de cosas esféricas con dos especies de líquidos dentro? ¿Cómo se crean los bebés, sus corazones o deditos? La vida es oportunidad, calor, movimiento, acción, aprendizaje, compañía, presencia, crecimiento... Gracias vida por permitirme tenerte.

LEO.

Es raro que hacer algo malo cambió mi vida por completo.

No me gustan las historias en donde las personas se ciegan tanto por el amor que terminan destruyéndose a sí mismos.

Para mí el amor de pareja era un matrimonio arreglado que beneficiaba a la familia económicamente, el amor paterno o materno no existía, no si te dejaron en la puerta de un orfanato a unas cuantas horas después de haber nacido.

Llegue a creer que el dinero era lo más importante, por eso mis padres adoptivos me buscaron e intentaron crear una nueva máquina para hacerse más ricos.

Cuando era pequeño nunca estaba solo, pero tampoco estaba con personas que significaran algo para mi o yo para ellos ya que yo era su medio de ganar dinero. Dinero... llegue a odiarlo por lo estúpidamente necesario que era, que es. Pensé que si no estaba involucrado con cosas que tengan que ver con el dinero sería fácil encontrar cariño y amor. Pero no, no es lindo vivir en un lugar mal oliente, frio, oscuro y lleno de insectos.

Me tomó algo de tiempo encontrar el balance entre dinero, felicidad y amor. Ser extremadamente ambicioso por riqueza económica, es estresante y demandante. Ser pobre es incómodo y poco agradable.

Gracias a las experiencias opuestas de mi pasado me siento en el lugar perfecto, con personas a quienes amo y en un lugar cómodo con oportunidad de darme gustos que me ayudan a tener una situación de vida confortable junto a los que más me importan. Puedo alegremente decir que estoy feliz de estar vivo.

LEÓN.

Nunca tuve que luchar o esforzarme para conseguir algo, llegué al punto en el que absolutamente todo me parecía insignificante.

Tampoco podía entender muchas de las cosas por las que personas a mi alrededor se quejaban:

Sus notas, yo pasaba sin hacer nada, los profesores querían ganarse el favor de mi abuelo.

Ahorrar por meses para conseguir algo que yo podía tenerlo al instante.

Lo incómodo que es viajar en autobús, yo nunca me he subido a uno.

Lo molesto que es hacer compras pesadas y tener que llevarlas a mano por la falta de auto, en casa siempre había alguien que se encargaba de esas cosas.

Lo cansado que es llegar de estudiar o trabajar a seguir encargándose de la casa arreglando o cocinando, igual siempre había alguien que se encargaba de esas cosas.

Si, es lindo vivir sin preocupaciones y con todo lo que se quiere al alcance, pero es una existencia vacía, poco activa, aburrida y llena de falsedad. Amistades que se juntan con uno por conveniencia, romances que solo les interesan los regalos costosos, las personas son incapaces de decir cosas malas para seguir teniendo alguien que les de dinero fácil, eso es lo que más odiaba, intencionalmente me comportaba como la peor mierda posible para que alguien se me enfrente, necesitaba ver ese lado de alguien. Nunca me habían gritado, ni siquiera cuando era niño, quería que alguien se enojara por mí, frente a mí, no que me insultaran a mis espaldas.

Era extraño ver lo mucho que las personas sufrían por conseguir las cosas que yo ni sabía que tenía, no podía comprender por qué algo que me resultaba irrelevante, era tan importante para ellos. Siempre lo tuve todo.

Luego lo entendí, y creo que de la peor manera, perdí algo que creí moriría conmigo. Cuando perdí mi pierna entendí ese sufrimiento de querer conseguir algo, en mi caso el querer recuperarlo. Lo más mierda es que por muchos años la tuve siempre conmigo pero nunca comprendí su valor. No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde.

No voy a decir que es lo mejor que me pudo haber pasado, para nada, fue doloroso física y mentalmente. Pero eso me ayudo a comprender el valor de las cosas y de las personas que son parte de mi día a día. Tener a Leo y a mamá en esos momentos fue crucial, no estaría aquí de no haber sido por ellos.

Después de que mi abuelo murió, su ausencia me dolió tanto que hasta mi propia vida perdió sentido, por eso hacía cosas que ponían en peligro mi existencia hasta que una de esas cosas casi me mata. Después de mis dos más grandes pérdidas ya nada volvió a ser igual, también perdí las pocas ganas de vivir que me quedaban.

Cuando vi a Leah tirada en el suelo de su apartamento convulsionando... No quiero morir, no más. Recuerdo que esas palabras se quedaron en mi mente por varios días.

LOVE & LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora