Cien criminales adolescentes enviados a un mundo expuesto a la radiación ¿Qué podría salir mal?
Avery Fray se había visto obligada a sobrevivir desde que era una niña pero cuando la envían a ella junto con noventa y nueve jóvenes más a la Tierra sin...
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Se permitió caminar por los alrededores tocando todo lo que estaba a su alcance, nunca pensó que fuera a salir de su aburrida celda y si de milagro lo hacía no sería más allá de los pasillos del Arca pero ahora estaba en el suelo, un mundo lleno de posibilidades.
— ¡Suéltalo! Está con nosotros — Avery se acercó a la multitud.
— Relájense, solo queremos saber dónde estamos — Explicó Wells Jaha, el hijo del Canciller.
— En el suelo ¿No es suficiente para ti? — La pelirroja miró de reojo a Bellamy.
— Debemos encontrar el Monte Weather. Oyeron el mensaje de mi padre, esa es nuestra prioridad...
— Que se pudra tu padre — Escupió Octavia.
— Acabamos de librarnos de él y de sus reglas ¿Qué te hace pensar que vamos a seguir sus órdenes? — La pelirroja cruzó sus brazos.
— ¿Qué? ¿Crees que estás a cargo? — Se burló la castaña — Tú y la princesita.
— ¿Acaso crees que nos importa quien está a cargo? Hay que ir al Monte Weather, no porque el Canciller lo diga sino porque mientras más esperemos más hambre tendremos y más difícil será — Interfirió la rubia — ¿Cuánto creen que duraremos sin provisiones?
— Tengo una idea mejor — Interrumpiendo el hermano mayor de Octavia — Ustedes vayan, encuéntrenlo. Que los privilegiados trabajen duró ahora.
— ¿Qué no escucharon? Todos tenemos que ir.
— ¿Por qué lo dices tú? — Avery sabía que sin provisiones morirían pero ya había vivido bajo las órdenes del Canciller Jaha mucho tiempo como para seguir las de su hijo.
— Escuchen esto todos, el Canciller de la Tierra — Se burló John Murphy, otro de los prisioneros, antes de patear al chico haciendo que callera y se lastimara la pierna en el proceso.
Murphy estaba dispuesto a golpear a Wells solo para demostrar que no seguiría sus órdenes además sería como una venganza personal en contra del padre del muchacho pero antes de que siquiera pudiera ponerle una mano encima Finn cayó en medio de los dos.
— Tiene una pierna ¿Por qué no esperas a que sea más justo?
— ¡Oye Caminante! — Octavia camino a él cuando la tensión se disipó — Rescatarme a mí ahora.
Finn se limitó a sonreír mientras los demás reían incluida Avery, todos a excepción de Bellamy quien miraba la escena no muy contento.
— Vendrás ¿Cierto? — Avery se giró para ver a Finn — Sabes que necesitamos las provisiones y se de sobra que tienes habilidad para conseguir cosas.
— Que te consiguiera un traje espacial e intercambiara mis raciones contigo desde los ocho no nos hace cercanos, Collins — Respondió sacándole una sonrisa — Pero igual no tengo nada mejor que hacer.
