Cien criminales adolescentes enviados a un mundo expuesto a la radiación ¿Qué podría salir mal?
Avery Fray se había visto obligada a sobrevivir desde que era una niña pero cuando la envían a ella junto con noventa y nueve jóvenes más a la Tierra sin...
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Avery se arrastraba por el túnel con los ojos casi cerrados y una mueca adornando su cara, podía escuchar a los animales caminar al lado de ella y sentir las telarañas y el polvo sobre su cara, después de salir de eso tomaría un largo baño en el lago.
— Avery estamos cerca — Hablo Octavia dando un último esfuerzo para salir del hoyo — Ven vamos, tenemos que regresar al campamento...
La pelirroja se cubrió los ojos con la majo acostumbrándose a la luz luego de estar en una cueva por tiempo indefinido. Caminaron lo más rápido que pudieron teniendo en cuenta la pierna lastimada de Octavia, Avery le ayudaba a caminar pero con cada paso que daba se sentía más y más cansada.
— ¿Escuchaste eso?
— Creo que estas delirando — Confesó la castaña.
— No espera sé que escuche algo — Frunció las cejas — Era un grito ¡Vamos!
— No es por ofender pero no estamos en las mejores condiciones.
— Los terrestres ni siquiera hablan — Avery volteo a ver a la chica — Tiene que ser alguno de los nuestros.
Otro grito de escucho y esta vez fue Octavia la primera en tomar la delantera, volteó a todos lados esperando ver a alguien conocido además de Avery pero cuando menos lo espero una mano cubrió su boca callando sus propios gritos.
— ¡Avery! ¿Dónde está Octavia? Llevamos toda la noche buscándolas.
— ¿Roma? — La pelirroja trato de acercarse a la chica pero la misma persona que callaba a Octavia extendió un brazo jalándola fuertemente para que cayera al lado de ellos justo a tiempo.
Una lanza se clavó en el pecho de Roma colgando a la chica en un árbol, Avery soltó una exclamación asustada pero no lo suficientemente alto para que alguien aparte de Octavia y el terrestre la escuchara.
El baile anual del día de la Unidad iba a celebrarse esa noche pero para Avery era su oportunidad para su más grande robo hasta el momento, ese día nadie trabajaba lo que significaba que las provisiones estarían todas reunidas en una misma sala lo que para ella sería no hacer ningún trabajo por al menos uno o dos meses así que no dejaría pasar la oportunidad.
Kane se había ofrecido a escoltarla personalmente hasta el lugar donde se celebraría el baile y para no levantar sospechas acepto sin hacer ninguna queja, se mezcló entre la multitud usando una máscara blanca y por unos instantes se permitió ser una adolescente normal del Arca.
Bailo con unos cuantos chicos e incluso converso con algunas personas pero en cuanto estuvo segura de que Kane se había ido y que los guardias estaban distraídos procedió a salir de la sala.
— Perdón yo... — Choco con un cuerpo — No miraba a donde iba.
No le respondió al joven guardia y simplemente salió del lugar quitándose la máscara, entró a él pequeño cuarto que llamaba casa y abrió la reja de la ventilación para después meterse en ella con una mochila colgando de su hombro. Pateo la reja que la separaba de los suministros y salió de las ventilas con una sonrisa orgullosa.
