Un futuro con el

7. Un partido inolvidable

NARRA PEDRI

Me había despertado y estaba Emma en mi pecho dormida. Se me hizo muy tierna verla así. Yo solo me levanté y me puse la equipación ya que hoy había partido. Mientras me peinaba escuche como Emma se despertaba y bostezaba.

- Buenos días canario.

- Buenos días morena.

- Que hora es?- Dijo ella mirandome.

- La hora de despertarse.

- Que hora es?- Me dijo quejándose mientras me tiraba una almohada.

- Las 7 de la mañana.

- Dios mío, que temprano.- Dijo ella levantándose.

- Si fueras futbolista no dirías lo mismo.- Dije yo acabando de prepararme.

- Lo sé, tranquilo.

- Bueno, toma está camiseta, ya que ayer te dije que te la daria.- Le dije dándole mi camiseta del equipo.

- Gracias.

- Denada, bueno te espero abajo con todos.

Salí por la puerta de la habitación y baje a la cocina. Como cada día cosa que no me parecía raro estaban todos abajo menos Emma. Me senté en la mesa con todos a esperar a Emma y así desayunábamos todos juntos. Rato más tarde vi como ella bajaba con mi camiseta y unos pantalones de color negro que le quedaban genial. Yo solo rezaba para que no se diera la vuelta y se le viera el dorsal mío y que su hermano no me matará por darle mi camiseta. Pero como no, el día no podía comenzar bien y se giró un momento para subir de nuevo ya que se le había olvidado el teléfono. Cuando se giró para subir, su hermano y todo el equipo vio que era mia la camiseta y todos fijaron su mirada hacia mi.

- Que hace con tu camiseta? Tenéis algo? Dime qué no eh.- Empezó a decir su hermano Ferrán pareciendo un detective.

- Que? No, no digas eso.- Dije yo nervioso.

- Estas nervioso.- Dijo Eric riéndose.

- Mentira.

- Al canario le gusta la hermana de Ferrán!- Dijo Balde.

- Os podrías callar ya un rato?

Justo bajo Emma tranquilamente y se sentó con nosotros. Nos pusimos a desayunar y yo no podía parar de mirar a Emma y no sé por qué. Despues de horas llegó la hora de ir al campo y jugar aquel partido tan importante ya que si lo ganábamos pasaríamos a finales de La Liga.
Salimos de la casa y nos subimos al coche. Emma iba en el mismo coche en el que iba yo con Ferrán y Gavi.

NARRA EMMA

Estaba que me iba a morir de los nervios. Iba a ir a un partido con la camiseta del canario y podrían empezar a sospechar. Después de minutos llegamos al parking. Aparcaron y cada uno bajo. Entramos al campo y yo me fui a las gradas que habian al lado de los banquillos. Los chicos empezaron a calentar y yo solo les miraba feliz de ellos. Parecían estar contentos por estar en semifinales. Después de rato llego Sira y le empezé a contar cosas hasta que llegó la hora del partido. Se pusieron todos en sus posiciones y el árbitro pito para que comenzará el partido.
El equipo estaba jugando fatal yo solo les animaba. Suponía que estaban jugando así por los nervios. No pasó nada interesante en la primera parte. Los chicos se fueron a descansar. Yo confiaba en ellos demasiado. Después de 15 minutos empezó la segunda parte y habían mejorado demasiado. Estaban jugando genial comparando con la primera parte. Justo en el minuto 61 Pedri se la paso a Gavi, Gavi  a Jordi Alba y Jordi hizo un centro que hizo que el canario metiera un gol. Empezé a saltar y a chillar de la emoción, no me lo podía creer. El se fue corriendo con los del equipo a una esquina y le abrazaron todos. Cuando los demás del equipo se alejaron el hizo con las manos una "E" y me señalo. Yo solo sonreí nerviosa. No se qué se le pasó en la cabeza para hacer eso pero todos los de las gradas me miraron. Me moría de vergüenza de verdad pero me alegraba. Mire a mi hermano que estaba en el banquillo y parecía estar un poco enfadado. Siguieron jugando hasta que uno del equipo contrario, cuando Pedri tenía el balón en el pie empujó muy fuerte al canario cosa que hizo que callera al suelo. El árbitro no pitaba hasta que vio que no se levantaba. Todos los del equipo fueron a donde el y le vi que se estaba quejando por un dolor en el pie. Tenía muchas ganas de ir al campo para saber si estaba bien o no pero no podía ya que los guardias me echarían. El seguía sin levantarse cosa que me preocupaba.