15. Apoyo mutuo

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Hace una semana, Pedri, el chico que me gustaba de hace tiempo, se me declaro de una manera que sigo aún sin superar. No me podía creer que estuviera saliendo con el. Pero eso no era lo importante, lo importante era que Pedri tenia hoy un partido muy importante, contra el Real Madrid, en la semifinal y era la segunda jornada.
Tenía miedo de que perdiera el Barcelona porque era mi equipo favorito y me daría pena, pero me daría más pena y me dolería saber que a Pedri no le haría ninguna gracia.

Había ido solo yo a verle, sin Sira y sin nadie más. Sira estaba ocupada y no podía venir y nadie más podía tampoco. Me senté en las gradas nerviosa, sabía que podía pasar y lo que no. Los jugadores empezaron a salir uno por uno, y como no, yo solo animaba a los de mi equipo.
El partido empezó, el Barcelona no estaba jugando tan bien como en otros partidos, suponía que era por los nervios y que ya pillarian el truco y lo harían mejor. En el minuto 45, Vinicius metió un gol. No me lo podía creer, en el último minuto.
Cuando vi que metió ese gol en la portería, mi mirada se fue directamente a Pedri para ver cómo reaccionaba. Pero de momento estaba tranquilo porque aún se podía remontar. Pero cuando comenzó la segunda parte y el Real Madrid había metido otro gol, se notaba que sería difícil de remontar porque los jugadores ya eran conscientes.

Al rato el partido había acabado 4-0. Toda la grada chillando y yo triste al igual que los demás. Fui a esperar a Pedri y a mi hermano en la salida para intentar animarles pero cuando salieron por la salida, note que seria casi imposible.

- Habéis jugado muy bien, si?.- Fue lo primero que se me ocurrió decir.

- Si lo hubiéramos hecho, hubiéramos ganado.- Dijo Pedri.

- Creo que es de las primeras veces que te voy a la razón.- Dijo mi hermano con un tono diferente.

- Eso no tiene nada que ver. Habéis jugado genial pero habéis tenido mala suerte y ya. No todos los partidos los podéis ganar. Y se qué molesta perder una semifinal pero ya tenéis La Liga asegurada y con eso debéis de estar orgullosos de vosotros y vuestro esfuerzo.

Ninguno dijo algo más, pero note que les alegro un poco pero seguían igual, decepcionados. Y yo solo quería ayudarles, no me gustaba nada verles así pero me tenía que acostumbrar. Ellos saben desde hace tiempo que les voy a apoyar en todo, da igual lo que sea que les apoyaré porque son las personas más especiales que tengo en mi vida.

Para alegrarles se me ocurrió llevarles a una bolera para que se olviden de lo que había pasado pero era consciente de que alomejor si perdian se enfadaría más así que cuando fuimos, desde el minuto 1 me deje ganar.
Mientras estábamos jugando, unas chicas que tenían unos 15 años empezaron a decir cosas de mi cuerpo. Al principio no les hacía caso pero cuando llevaban ya unos minutos me empezé a sentir mal conmigo misma. Pedri se dio cuenta de la situación, mi hermano no porque estaba en el baño pero Pedri si. El no quería meterse en problemas ahora y menos, después del partido así que lo único que les pido decir es que pararan y que tengas un poco de respeto.
Ellas, al ver que les decía eso un futbolista, se callaron y se fueron de la bolera con vergüenza.

- Madre mía con las chavalas.- Dijo Pedri flipando.

Cuando llegó mi hermano del baño, se sentó a mi lado con Pedri y empezaron a ayudarme y decir que todo era mentira. Lo típico que te dice cualquiera cuando te pasa la misma situación que está y solo lo dicen para ayudarte. Pero ellos lo decían con sinceridad, parecía que lo dijeran de verdad y no solo para que no esté triste.
Minutos más tarde, decidimos volver a casa ya que se estaba haciendo tarde y teníamos que hacer la cena. Fuimos todos a mi casa ya que estaba sola como siempre y estaba muy limpia cosa que era rara.

Al llegar, nos pusimos a hacer pizza. La primera que hicimos, se puso de color negro por culpa de que a mí hermano se le olvidó sacarla del horno a tiempo y la dejo minutos de más.

- Ferran, has sacado la pizza?.

- Ostia, me parece que se me ha olvidado.- Dijo mi hermano mientras se iba corriendo a la cocina a sacarla.

- Este tío siempre igual.- Comento Pedri riéndose sentado en el sofá.

- Ferran! Tienes pensado algún día acordarte de algo?!.

- Pero si solo ha sido hoy.- Dijo él mientras traía la pizza de color negro.

- Me parece que tendremos que volver a hacer otra.- Comento Pedri descojonandose.

Pero la segunda nos salió bien, ya que a nadie se le olvidó sacarla y quedó sorprendentemente buena. Parecía que la hubiéramos comprado.
Era como la noche perfecta, tu hermano y tu novio contigo en el sofá viendo una película y cenando pizza.
La película trataba de acción porque no nos poníamos de acuerdo. Yo quería que fuera de romance o musicales, mi hermano quería de terror y mi novio quería de terror o aventuras. Así que al final, ni uno ni otro.

Al cabo de las horas, nos acabamos la pizza y la película. Sinceramente, no me arrepentia nada de haber visto aquella película. Me había encantado y me había hecho pensar en un montón de cosas. A Pedri le había encantado también pero mi hermano se seguía quejando de que el no quería ver esa. Pero se notaba que le había gustado por como la miraba.

- De verdad que está me la debeis, yo no quería de acción.- Dijo mi hermano.

- Pero si te ha encantado y lo sabes.

- Si me hubiera encantado se me notaría y estaría comentandola todo el rato.

- Pero si te conozco desde que nací.

- Pues parece que no.- Dijo mi hermano con una cara muy seria.

- Lo que pasa esque te ha gustado la película, solo que estás molesto porque no era exactamente la que tú querías.- Dijo Pedri y parecía que tuviera razón.

Mi hermano se quedó callado, cosa que hizo que confirmara lo que Pedri había dicho. Después de haber tenido esta tarde con mis dos personas favoritas, había hecho que se me olvidarán esos comentarios y a Pedri y mi hermano, que se le olvidarán el resultado del partido.

Un futuro con elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora